Un falso LeBron James verificado ha pedido irse de Los Angeles Lakers. Lockheed Martin ha anunciado que deja de vender armas a Estados Unidos, Israel y Arabia Saudí y se ha desplomado un 5% en Bolsa.
Un nuevo George W. Bush ha dicho que “echa de menos matar iraquíes”. Hay hasta un Jesucristo “verificado”. El caos desatado por los impostores con la marca azul ha llevado a la empresa a suspender la opción, aunque nadie sabe por cuánto tiempo.
Twitter no ha hecho ningún anuncio oficial al respecto. La empresa puso en marcha el servicio de suscripción que da derecho a la marca azul el pasado fin de semana. Luego, los suspendió para impedir que falsos verificados interfiriesen en las elecciones legislativas del pasado martes.
Tras los comicios, volvió a la carga, pero se enredó con una distinción entre marcas de verificación azules (de pago) y grises (oficiales). Inicialmente, Esther Crawford, la ejecutiva de productos de Twitter, dijo que esa marca gris era para “cuentas gubernamentales, empresas, socios comerciales, principales medios de comunicación, editores y algunas figuras públicas”, pero en menos de 24 horas Musk decidió excluir a medios de comunicación y personalidades.
Eso fue un incidente menor al lado del caos que se ha desatado en la red con las cuentas de impostores. El magnate, que se quejaba de la cantidad de bots y cuentas falsas que había en Twitter, resulta que ahora tiene cuentas falsas verificadas en la que se suplanta la identidad de empresas y personalidades. “Engañar a la gente no está bien”, ha dicho en un mensaje refiriéndose a las cuentas de parodia.
Twitter no ha comunicado que haya suspendido la opción de suscripción con marca azul y puede retomarla en cualquier momento. El magnate ha tuiteado un emoji en el que sonreía por un mensaje de que pese a suspender la cuenta, la empresa se quedaba el dinero pagado. No está claro que le haga tanta gracia a empresas como Eli Lilly, Lockheed Martin, Nintendo, BP o Chiquita, algunas de las empresas suplantadas, ni tampoco a los anunciantes.
Tras el incidente de las marcas azules y grises, Musk se justificó: “Tengan en cuenta que Twitter hará un montón de cosas tontas en los próximos meses. Dejaremos lo que funciona y cambiaremos lo que no”. Ese método de ensayo y error ya ha empezado a mostrar sus riesgos.
Musk dio un ultimátum a los ingenieros y programadores de la red social para que tuvieran listo el nuevo sistema de suscripción en menos de una semana. Desde el principio, la gran incógnita es qué se haría con los impostores. El magnate solo anunció que las cuentas de parodia deberían decir que lo eran y que no se permitirían cambios de nombre de los usuarios verificados. Claramente, el sistema no ha funcionado.
Fuente: Agencias