De acuerdo con los científicos, cuando el cáncer de mama se propaga, a menudo se extiende a los huesos, donde puede causar dolor intenso y huesos frágiles. Así, en un nuevo estudio financiado por el Centro de Ciencia Clínica y Trasnacional de Luisiana en colaboración con el Consorcio de Investigación del Cáncer de Luisiana y el Centro Tulane para la Biología Circadiana, los investigadores crearon un modelo de cáncer de mama metastásico óseo en ratones.
Los científicos inyectaron células de cáncer de mama humano con receptor de estrógeno positivo, que tienen una baja propensión a crecer, en los huesos de la tibia o la espinilla de ratones hembra. Al igual que los humanos, los ratones utilizados en este estudio producían durante la noche una fuerte señal de melatonina circadiana, una hormona con una fuerte acción anticancerígena y que promueve el sueño.
Todos los ratones se mantuvieron en la luz durante 12 horas al día. Las 12 horas restantes un grupo de tres ratones las pasó a oscuras, lo que les ayudó a producir altos niveles de melatonina endógena. Otro grupo pasó la segunda mitad del día bajo una luz tenue de unos 0,2 lux (similar a la que emita un teléfono móvil), lo que suprimió su producción nocturna de melatonina.
Las imágenes de rayos X mostraron que los ratones expuestos a un ciclo de luz/luz tenue desarrollaron tumores mucho más grandes y sufrieron más daño en los huesos que los ratones mantenidos en un ciclo de luz/oscuridad estándar.
"Esto es importante, ya que muchos pacientes con cáncer de mama probablemente estén expuestos a la luz por la noche como resultado de la falta de sueño, el estrés, el exceso de luz en la habitación debido a dispositivos móviles y otras fuentes, o al trabajo nocturno", explica Muralidharan Anbalagan, profesor asistente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans.
El objetivo final del nuevo estudio es encontrar una manera de inhibir o suprimir la progresión de las metástasis del cáncer de mama a los huesos, afirman los científicos.