Huawei, el mayor fabricante de equipos de telecomunicaciones del mundo, dijo el jueves que presentó una demanda en Texas que impugna una ley reciente de Estados Unidos, la cual prohíbe a las agencias federales estadounidenses adquirir sus productos.
“Esta prohibición no solo es ilegal, sino que también restringe a Huawei de participar en una competencia justa y, en última instancia, perjudica a los consumidores estadounidenses”, dijo el vicepresidente de Huawei, Guo Ping, en una conferencia de prensa en la sede de la empresa en la ciudad china de Shenzhen. Guo Ping acusó al Congreso de Estados Unidos de actuar como “juez, jurado y verdugo” al imponer la prohibición. La compañía china, también un importante fabricante de teléfonos inteligentes, le está pidiendo a un tribunal federal de Estados Unidos que revoque parte de la Ley de Autorización de Defensa Nacional, que fue firmada por el presidente Donald Trump en agosto. Huawei alega que una parte de la ley, que prohíbe específicamente que las agencias gubernamentales utilicen la tecnología de Huawei y su rival chino más pequeño, ZTE, viola la Constitución de Estados Unidos al señalar a un individuo o grupo para ser sancionado sin juicio de por medio.
“El Congreso de EE.UU. ha fallado repetidamente en presentar evidencia para respaldar sus restricciones sobre los productos de Huawei”, dijo Guo. “Estamos obligados a tomar esta acción legal como un recurso apropiado y definitivo”.
Funcionarios del Gobierno de EE.UU. no estuvieron inmediatamente disponibles para comentar sobre la demanda.
El desafío judicial de Huawei lleva a un nuevo nivel su acalorado enfrentamiento con el Gobierno de EE.UU.
La compañía es una de las empresas de tecnología más grandes de China y un actor clave en el despliegue global de redes inalámbricas 5G de gran velocidad. Sus teléfonos inteligentes compiten globalmente con los de Apple y Samsung.
Pero Washington ha sospechado durante años que el Gobierno chino podría usar la tecnología de Huawei para espiar a otras naciones, sin proporcionar evidencia específica. Huawei se describe a sí misma como una empresa propiedad de los empleados y niega que cualquiera de sus productos represente un riesgo para la seguridad.
La demanda de Huawei, que se presentó en Texas, donde se encuentra la sede estadounidense de la compañía, podría obligar al Gobierno de EE.UU. a presentar un caso público contra la empresa tecnológica china a medida que aumenta su campaña de presión.
La administración de Trump ha instado a sus aliados a prohibir o restringir los productos de Huawei de sus redes 5G, citando preocupaciones de espionaje, pero sin proporcionar evidencia clara. Eso ha complicado los ambiciosos planes de crecimiento de Huawei y ha generado quejas de operadores inalámbricos de que la campaña estadounidense está interrumpiendo sus planes para construir redes.
“Huawei está demostrando ante la prensa de todo el país que no aceptará órdenes”, dijo Paul Triolo, experto en temas globales de tecnología en la consultora Eurasia Group.
“No es probable que esto resulte en que Huawei obtenga un nuevo acceso al mercado estadounidense”, agregó. “Pero es un evento simbólico que podría influir en otros actores de todo el mundo que consideren posibles limitaciones o prohibiciones contra la empresa”.
Los gobiernos de países como Alemania y Reino Unido están en un momento de decisión sobre qué tipo de restricciones imponer a los equipos de Huawei. Australia prohibió a la compañía proporcionar tecnología para sus redes 5G el año pasado.
En la conferencia de prensa del jueves, Guo acusó a funcionarios estadounidenses de hipocresía.
Aunque el Gobierno de EE.UU. ha calificado a Huawei como una amenaza de ciberseguridad, dijo ellos “han hackeado nuestros servidores y robado nuestros correos electrónicos y nuestro código fuente”.
La acusación parecía hacer referencia a informes de 2014 que citaban documentos proporcionados por Edward Snowden, el excontratista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, quien filtró grandes volúmenes de información sobre las operaciones de inteligencia y vigilancia estadounidenses a los medios de comunicación.
El Gobierno de los Estados Unidos dice que Huawei es una amenaza porque no puede decirle que no al Gobierno chino.
“La ley china requiere que proporcionen al vasto aparato de seguridad de Beijing acceso a cualquier información que toquen sus redes o equipos”, dijo el mes pasado el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence.
La compañía rechazó esas acusaciones el jueves y reiteró que rechazaría cualquier solicitud del Gobierno chino para acceder a la tecnología que vende a los operadores de telecomunicaciones.
“Huawei no ha implantado y nunca implantará ‘puertas traseras’”, dijo Guo. “Nunca permitiremos que otros las instalen ninguno en nuestro equipo”.
Añadiendo complejidad al caso, fiscales estadounidenses han presentado cargos penales contra Huawei en el estado de Washington y en Nueva York.
Huawei se declaró inocente en Seattle, la semana pasada, por cargos de que trató de robar secretos comerciales de T-Mobile.
La comparecencia de la compañía en Brooklyn por cargos de que ayudó a eludir las sanciones de Estados Unidos a Irán está programada para fines de este mes. La directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, también fue acusada en ese caso. Ella fue arrestada, en Canadá, en diciembre y se enfrenta a una posible extradición a Estados Unidos.
Meng y Huawei han negado los cargos.