La Fiscalía informó hoy en un comunicado de que su investigación a la empresa Devumi, que supuestamente vendió millones de seguidores falsos, ha resultado en un acuerdo por el que prohíbe a esa y otras compañías relacionadas llevar a cabo los engaños en plataformas como Twitter y Youtube.
Devumi vendía seguidores falsos y “me gusta” procedentes de cuentas operadas por computadoras (“bots”) o personas que se hacían pasar por muchas otras y que fingían ofrecer opiniones genuinas cuando en realidad eran “actividades pagadas falsas, dirigidas a engañar a las audiencias en línea y al público”, indica la nota.
Algunas de las actividades que Devumi vendió provenían de cuentas falsas que copiaron sin su conocimiento o consentimiento las fotos y los perfiles de redes sociales de personas reales.
Según se desprende de la investigación, la empresa vendió endosos de “influenciadores” sin revelar que a estas personas se les pagó por sus recomendaciones, algo “especialmente preocupante” ya que sus opiniones pueden afectar a “la reputación y las ventas de cualquier producto, compañía, servicio o persona que respalden”.
La fiscal general de Nueva York, Letitia James, denunció que los “bots” y cuentas falsas “han estado actuando con impunidad” en las redes sociales “a menudo robando las identidades de las personas reales para cometer fraudes”, y abogó por perseguir esas acciones.
“Con este acuerdo, estamos enviando un mensaje claro de que cualquier persona que se esté beneficiando del engaño y la suplantación de identidad está violando la ley y tendrá que rendir cuentas”, añadió.
La investigación reveló también que en el marco de las prácticas de Devumi -que cerró a mediados de 2018- engañaron a algunos de los propios clientes de la compañía que estaban pagando sus cuotas y a las propias plataformas, que tienen políticas que prohíben actividades falsas.
El fundador de Devumi, German Calas, negó que vendiera seguidores falsos y dijo ignorar todo sobre el robo de identidades de usuarios reales.