Las cámaras siguen mejorando. Y deberías haber vivido bajo una roca como para no darte cuenta del alboroto del décimo aniversario del teléfono de Apple, motivo por el que la compañía sacó el iPhone X. Muchos expertos que trabajan en el sector de los teléfonos inteligentes estaban convencidos que esta última “cosecha” traería muchísimas actualizaciones e innovaciones.
Pero esta la realidad: cada vez más estadounidenses han decidido que no necesitan actualizar su teléfono inteligente cada año. O cada dos. Ya no estamos limitados a contratos de dos años y los teléfonos son mucho más resistentes que antes. Y lo nuevo ya no es tan tentador, incluso para mí que me considero un profesional y amante de los gadgets.
Mantener el mismo teléfono es mucho mejor para nuestros presupuestos, eso sin mencionar lo beneficioso que puede ser para el medio ambiente. Eso significa que tanto nosotros como los fabricantes de teléfonos debemos pensar en estos dispositivos como si fueran autos.
La nota publicada en Infobae señala que es posible que hayamos alcanzado el pico de teléfonos inteligentes. Los envíos mundiales cayeron un 0.1 por ciento en 2017, lo que supuso el primer descenso, según la firma de investigación IDC. En Estados Unidos, los envíos de teléfonos inteligentes crecieron solo un 1.6 por ciento, el aumento más pequeño de todos los tiempos.
En 2015, los estadounidenses reemplazaron sus teléfonos después de 23.6 meses, de promedio, según la firma de investigación Kantar Worldpanel. A finales de 2017, los reteníamos por 25.3 meses.
“¿Los teléfonos inteligentes, en general, son más valiosos para las personas? La respuesta es definitivamente sí”, me dijo el analista de Gartner Brian Blau. “¿Los dispositivos son suficientes para atender las necesidades de las personas hoy en día?” se preguntaba al respecto.
Hace unos días, Apple reportó su primer descenso en el trimestre de las vacaciones de invierno en unidades de ventas de iPhones. Fue solo un pequeño descenso, de 78.3 millones a 77.3 millones de teléfonos. Estos resultados podrían reflejar que Apple tuvo un semana menos este año, 13 contra 14, para comercializar sus modelos más nuevos. A pesar de todo, los resultados de Apple comunicaron que el “súper ciclo” de actualizaciones de teléfonos no está yendo muy bien.
El CEO de Apple, Tim Cook, en su habitual reunión con los analistas de valores, explicó que Apple no se “fija demasiado” en cuánto tiempo pasan entre compra y compra de teléfonos inteligentes. “Estamos encantados con la recepción del iPhone X”, agregó.
Uno de los principales impulsores del cambio en nuestro comportamiento es que los teléfonos ahora, en su mayoría, se parecen. “Los consumidores dicen que comprarán cuando vean algo nuevo o escuchen que tiene alguna característica que necesitan”, comenta Ryan Reith, vicepresidente de IDC. Muchos de los grandes avances de los últimos tiempos, como la realidad aumentada, han llegado, en gran parte, a través del software. El iPhone X usa cámaras innovadoras para reconocer a su propietario y a su entorno, pero tomará tiempo poder ver usos mucho más interesantes.
Un ciclo de vida más largo para el teléfono es un cumplido para Apple y Samsung, incluso si algunos inversores no comulgan con esa idea. Es una señal de que sus productos son confiables y menos susceptibles al desgaste. Agregar resistencia al agua en el iPhone 7 y el Galaxy S7 ayudó mucho en ese respecto.
La ralentización de los ciclos de actualización no necesariamente significa la perdición para Apple o Samsung. Por un lado, ahora están cobrando más, como USD 1,000 o más por el iPhone X (es por eso que las cifras de ventas del iPhone todavía subieron en su informe de ganancias). Ahora nos están vendiendo accesorios como el Gear VR de Samsung y el HomePod de Apple, así como servicios como el Apple Music que acabaremos pagando con el paso del tiempo.
Aún así, los propietarios de teléfonos que tengan estos dispositivos más tiempo van a tener algunas necesidades nuevas. En diciembre, Apple tuvo que hacer frente a una gran demanda de reemplazos de baterías gastadas al admitir que su software está desacelerando los teléfonos. Así que la compañía ofreció un reemplazo de la batería con un descuento para todos los consumidores.
Eso muestra cuántos de nosotros preferimos reparar nuestros teléfonos existentes antes que comprar otros nuevos. Un analista dijo que los reemplazos de batería con descuento costaría a Apple unos USD 10,000 millones en ventas perdidas.
Cuando entré en la Apple Store para reemplazar la batería de mi iPhone 6, el empleado del Genius Bar se ofreció a “ajustar” todo mi teléfono. Al principio me pareció algo extraño.
Al igual que los automóviles, los teléfonos necesitarán tantos servicios de hardware como de software a medida que los conservemos durante más tiempo. Samsung también se está metiendo, poco a poco, en el juego, además de experimentar con camiones de servicio a domicilio.
Los fabricantes de teléfonos tendrán que pensar en diseñar actualizaciones de software para admitir teléfonos antiguos durante más tiempo. ¿El iOS 12, esperado para este próximo otoño, estará disponible para el iPhone 5S? Eso generaría tensión ya que tanto Apple como Google desean desarrollar funciones que conviertan estos teléfonos en computadoras de pleno derecho, pero requieren procesadores más rápidos en modelos más nuevos para hacerlo.
Es probable que exista un límite en cuánto tiempo nos aferremos a nuestros teléfonos. “No veo un ciclo de reemplazo que dure más de tres años”, me dijo Carolina Milanesi, analista de tecnología de consumo de la firma Creative Strategies.
Las personas que usan teléfonos durante más tiempo podrían hacer que la industria se parezca mucho más a las computadoras portátiles y a los PC. Sin embargo, las personas todavía actualizan los teléfonos como una proyección de su personalidad o porque deben tener la última tecnología.
Biju Nir, CEO de HYLA Mobile, que ayuda a la industria a recolectar y reutilizar teléfonos usados, cree que el ciclo de reemplazo se reanudará debido al “factor FOMO” (Fear of missing out o “miedo a perderse” en español).
Todavía existe el temor a perderse las nuevas actualizaciones, las nuevas experiencias y los nuevos modelos de negocio de los fabricantes de teléfonos y operadores de redes (los últimos datos de su empresa muestran que el teléfono que cayó en desuso en 2017 había sido utilizado 78 días más que el año anterior, hasta ahora un total de 2.59 años).
Estoy dispuesto a quedarme impresionado por una futura actualización de un teléfono. Un gran salto en el rendimiento de la batería estaría en las prioridades de la mayoría de las personas, pero hay muchos obstáculos para conquistar. El próximo gran paso para la actualización de un teléfono sería incoroporar la capacidad de servicio 5G.
Los teléfonos inteligentes probablemente seguirán captando nuestra atención, al igual que lo han hecho las laptops y las tablets. Y luego, algún día, aparecerá una nueva tecnología totalmente nueva que acabará atrapándonos.