La mayoría de los jóvenes valora la sensación de conectividad con familiares y amigos que las redes sociales les facilitan, pero algunos las asocian con emociones negativas, como la de sentirse abrumados o la de tener que estar fingiendo, según el sondeo de The Associated Press y el NORC Center for Public Affairs Research (Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos), que abarcó a jóvenes de entre 13 y 17 años.
El trabajo, difundido el jueves, halló que en promedio, las pausas que hacen los jóvenes en su uso de las redes duran una semana o más y que por lo general son más largas para los hombres que para las mujeres.
Se les permitió a los adolescentes dar múltiples explicaciones para sus descansos de las redes. Casi las dos terceras partes de quienes realizaron esa pausa dijeron que lo hicieron voluntariamente. Amanda Lenhart, una experta en el uso de tecnologías por la gente joven, dijo que esto le sorprendió ya que estaba acostumbrada al estereotipo del muchacho “amarrado” a su teléfono celular.
Los adolescentes de hoy probablemente ni siquiera saben lo que es vivir sin redes sociales. MySpace fue fundada en 2003 y si hubiera sobrevivido tendría 14 años de edad. Facebook es apenas un año más joven. Instagram fue creada en 2010. Para que un adulto pueda entender lo difícil que es para los chicos de hoy divorciarse de las redes sociales, tendría que imaginarse estar una semana sin correo electrónico o teléfono.
El 38% de los jóvenes que dijeron haberse tomado un respiro de las redes sociales dijeron que lo hicieron porque la práctica estaba entorpeciendo su desempeño en la escuela o en su trabajo. Casi una cuarta parte dijo que estaban hartos del “conflicto y el drama” y el 20% dijo que estaban agotados de tener que estar al día con todo lo que pasa.
Casi la mitad de los jóvenes que se tomaron un descanso lo hicieron involuntariamente: el 38% dijo que lo hizo porque sus padres le prohibieron usar el teléfono o la computadora y el 17% dijo que lo hizo porque su dispositivo portátil se perdió, se le descompuso o se lo robaron.
Tener que dejar las redes forzosamente “es un desafío particular”, estimó Lenhart. “Cuando eso ocurre se sienten como que se están perdiendo la acción, que se les está privando de sus relaciones sociales, que se están perdiendo las noticias, la información importante”.
Alrededor de un 35% de los jóvenes dicen que jamás se han tomado un descanso de las redes, por temor a perderse algo importante o a perjudicar sus relaciones sociales. Algunos señalaron que las redes sociales se les han vuelto necesarias para tareas escolares o actividades extracurriculares.