Cristina Reyes, hermana de la víctima, aseguró que se trataba de un ciudadano ejemplar que se convirtió en otra víctima de la ola de violencia que azota a Santiago, en momentos en que regresaba a su residencia de hacer un acto de bien con una vecina parturienta, a quien trasladó a un centro de salud.
El hombre de 46 años que, según sus familiares, llevaba 20 años como chofer en el Centro de Atención y Privación de Libertad Condicional de esa demarcación, dejó tres hijos en la orfandad y será sepultado este jueves.