El joven fue identificado como Julio Cesar Fermín, apodado "Cesarin", de 37 años de edad, residente en el cruce de Ocoa.
Según versiones de sus familiares, Cesarin llegó como de costumbre a trabajar a la 5:45 de la mañana y se encontraba friendo chicarrones en la cocina trasera cuando pasó la tragedia.
Al lugar del hecho llegaron Walter López, médico legista, la magistrada Georgia Abreu y varios agentes del Departamento de Investigaciones y Delitos Criminales (DICRIM).
El médico legista notificó que la muerte de Fermín ocurrió de manera accidental y que el cuerpo de la víctima presenta quemaduras de tercer y cuarto grado en la región facial y cuello.