Los progenitores aseguran que mientras el odontólogo atendía a la pequeña, que estaba anestesiada, un instrumento produjo una chispa, lo que provocó que una de las piezas que estaba en la boca de la niña “se inflamara y produjera un incendio” que duró entre uno y dos segundos.
La demanda alega que tras el incidente tuvieron que hospitalizar durante cuatro días a la menor por quemaduras en la epiglotis, la garganta, la lengua, el paladar y los labios. Asimismo, detalla que las lesiones “pueden ser permanentes e incapacitantes”, por lo que piden una indemnización de 15.000 dólares.