Sin embargo, el prelado expresó que la castración a los violadores sexuales no es la solución a ese problema que afecta a la sociedad dominicana.
El religioso manifestó que de aprobarse ese proyecto, podrían aparecer ciudadanos con actos rencorosos y tomar acciones con sus propias manos que afectarían a la sociedad.
Para monseñor Morel Diplán, lo que se impone es fortalecer la familia, educar a los hijos con valores morales y espirituales.
También señala que en esos casos corresponde que la justicia asuma su papel de sancionar debidamente a las personas que sean encontradas responsables de los mismos.
Distintos sectores, entre ellos legisladores, han planteado la necesidad de aplicar como penas la castración química de los violadores sexuales, sobre todo cuando entre las víctimas hay involucrados menores de edad.
La mayoría de personas apresadas en Santiago y otras provincias del Cibao por abusos sexuales están relacionadas con incesto, según estadísticas de la Policía.
Según la Policía, la mayoría de los arrestos corresponden a padres, padrastros, hermanos, abuelos, tíos y otros parientes en estrecha relación con sus víctimas.
Otra estadística significativa es que los menores abusados son mayormente de sexo femenino, con edades desde los dos a los 17 años.
Esto preocupa a los profesionales de la conducta humana, religiosos y otros sectores de la sociedad.
Las víctimas de incesto en República Dominicana desde 2011 hasta 2016 fueron 1,603, según los informes de delitos sexuales de la Procuraduría General de la República y los informes de Seguridad Ciudadana del Ministerio de Interior y Policía.
Las provincias de Santo Domingo, Santiago y el Distrito Nacional, son las zonas más afectadas con esta problemática.
Solo en Santiago, al menos nueve personas han sido arrestadas por denuncias de abusos sexuales contra menos en los últimos tres meses, víctimas de familiares cercanos, principalmente en barrios pobres y de clase media.
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