Manuel Olivero y Jennifer Pirón, padrastro y madre de la menor, respectivamente, fueron hallados culpables por el tribunal de quemar la parte íntima de la niña como forma de educarla y no vuelva a orinarse en la cama.
Los encartados deberán cumplir las medidas coercitivas en la cárcel pública de Barahona y Mujeres de Baní, respectivamente.