La magistrada decidió acoger la solicitud del Ministerio Público por entender los imputados Juan David Cuevas y su padre Simón Cuevas no cuentan con arraigos suficientes.
A su salida de la audiencia que duró poco más de 20 minutos, Simón Cuevas dijo estar arrepentido.
“Claro que estoy arrepentido porque nosotros no somos gente de eso” afirmó.
La medida impuesta deberá ser cumplida en la cárcel de La Victoria.
Las víctimas son Julio César Sosa Santana (el Mello), quien era propietario del taller de mecánica y sus empleados Miguel Ángel Montero, Yeison Fernández, con edades entre 24 y 38 años.
Algunos moradores aseguran que los involucrados en el hecho de sangre habían sostenido problemas por el caso de una niña que murió al ser supuestamente atropellada por un empleado del taller, en momentos en que parqueaba un vehículo.