Entonces planificó suicidarse, pero quería un mega funeral en el que participara “todo el mundo”, especialmente todos los “bikers” (motoristas), según narraron su jefe en el taller de mecánica donde laboraba, Miguel Alejandro Ureña Marranzini, y su amiga Krystel Tejeda, alias Fel.
“Maté al amor de mi vida y ella me ama con toda su alma y yo también. Un amor perfecto y sin peleas, qué triste historia”, le dijo Portorreal Mendoza a su jefe, cuando le confesó el pasado jueves por teléfono que había cometido los crínemes.
Entonces fue cuando se despidió de su jefe con estas palabras: “Adiós, me voy de este mundo. Loco, yo quiero que en mi funeral vayan muchas motos y mi féretro lo acompañen todos los bykers”.
Narró que previo a que el imputado le comentara la tragedia, le pidió que fuera a trabajar al taller, pero que éste le respondió... “Me voy de este mundo, adiós te quiero mucho, ya no puedo más”.
Agregó que Portorreal Mendoza le comentó: “Loco yo no confío en nadie ahora mismo, pues todo el mundo quiere salvarme y eso no va a pasar. Ya yo me voy de este maldito mundo, a mí no me importaba lo que pase, ya yo me voy y ya. Nos vemos”.
De la conversación que tuvo con El Metálico el pasado jueves, expresó que este le dijo que lo único que le duele es que no pudo hablar con su papá por última vez, aunque a su madre le dedicó, por lo menos, un momentito.
Le comentó también que por la situación económica hizo eso, porque no tenía dinero.
También por la vía telefónica le dio la clave de su Facebook a su amiga Krystel, luego de confesarle el crimen y decirle sus intenciones de quitarse la vida.
Sin embargo, antes de que fueran descubiertos los cadáveres el jueves, cuando confesó los crímenes a sus amigos, hizo un periplo que incluyó un día de diversion en la playa, con su amiga Krystel.
En esos días, mientras los cadáveres de Reyna Isabel y sus tres hijos permanecían dentro de una habitación de la vivienda que habitaban, hizo una vida normal y andando con su amiga en la cola de su motocicleta, le dijo que había hecho algo muy malo a su esposa.
“Ya en la playa le dije a él que si entendía que lo que le hizo a su esposa no se podía arreglar, tenían que separarse y él me dijo que tenía que enamorarla otra vez. Entonces le dije que ella me había mandado la foto de un vestido de novia que ella tenía y que tal vez esa era su ilusión y le dije que si pensaba enamorarla, era bueno que se casaran por el juez civil”. Contó Krystel que Greña en esos días compró Mamajuana y otras bebidas y se paseaba por la ciudad en su moto.
Manifestó en los interrogatorios a los cuales fue sometida por la Fiscalía de Santo Domingo, que él estaba cabizbajo, muy descuidado hasta en el trabajo, además de que le había confesado que se sentía incómodo porque no le habían pagado.
Agregó que nunca Reyna Isabel le contó lo que ocurría entre ella y su pareja Portorreal Mendoza y que tampoco los vio peleándose ni discutiendo.
Destacó, sin embargo, que siempre vio a El Metálico con el pelo largo y de un momento a otro lo tenía recortado, por lo que se sorprendió.
“Yo le pregunté y me dijo que estaba feo, pero que realmente fue que Reyna le cortó el pelo, porque como ella no le podía golpear, lo recortó mientras estaba durmiendo”, agregó.
Además, confesó que según lo que le había dicho Víctor Alexander Portorreal, (Greña, El Metálico o Chamán Chacra), Reyna Isabel le había manifestado que si en un mes no conseguía trabajo, se iba de la casa con los niños.
El Metálico era mecánico y en el taller de reparación de Harley Davidson donde trabajaba en la avenida Italia de esta ciudad, lo describieron como un hombre callado, del cual no se imaginaban que tenía el coraje para matar a esas personas.
(ListinDiario)