“Entonces es un antro de corrupción enorme y esa corrupción no es lo que está posibilitando ningún tipo de invasión, porque invasión no hay, lo que hay realmente es una presión migratoria de un país que tiene menos posibilidades económicas que nosotros, pero al mismo tiempo hay una realidad de necesidad laboral y de necesidad comercial que debe regularizarse e institucionalizarse porque ahí van a ganar los migrantes que entran y va a ganar el Estado porque va a recaudar”, dijo el cura.
Serrano aseguró que fruto del “macuteo” muchos funcionarios hoy poseen grandes mansiones y otros patrimonios que no pueden justificar.
“Y no solamente los militares, hay los funcionarios públicos de Aduanas, Migración, Sanidad Vegetal; hay de todo ahí, si se le hiciera un inventario a quienes han trabajado también en los consulados vendiendo visas y vendiendo de todo, si tuvieran que dar cuentas del patrimonio que tienen los funcionarios que colocan ahí, no tendrían forma de justificar”, sostuvo.
“No hay invasión”
El padre Serano rechazó igualmente que los haitianos estén invadiendo poco a poco la República Dominicana nuevamente como alegan algunos sectores; dijo que la presencia de los habitantes en distintos puntos obedece a un asunto económico y de supervivencia.
En tal sentido explicó que en muchos casos “la frontera es imaginaria”, pues los haitianos entran con gran facilidad, cruzan el río Masacre, compran, venden y luego retonan a su país, “esa es una realidad innegable; lo que tenemos es que regular eso”.
El padre denunció que los que están para resguardar y que los procesos en la frontera sean adecuados, lo que hacen es meterles las manos en los bolsillos a los haitianos que vienen a vender sus mercancías para retornar el mismo día a su país.
“Funcionarios del G-2, del J-2, como aumentan sus patrimonios en pocos meses, que les hagan una evaluación a cada uno de los funcionarios que colocan ahí para que tú veas que no podrían justificar las casas que hacen en pocos meses”, manifestó.
Vienen y van
Serrano defendió que la mayoría de los haitianos que entran a Dajabón y zonas aledañas lo hacen a trabajar, estudiar y luego vuelven a sus hogares en Juana Méndez el mismo día.
“Por su cercanía los haitianos en la mayoría de los casos no tienen necesidad de quedarse. Pero no se puede negar que haya ilegales porque eso ocurre en todas las fronteras del mundo”, señaló el padre Serrano.
El dato
Los estudiantes
Estudiantes haitianos entran diariamente a escuelas de ciudades fronterizas y lo hacen con total normalidad, en la tarde retornan a su país.
Un apunte
Beneficios
Para el jesuita, en los mercados fronterizos se da un activo comercio en el que ganan tanto haitianos como dominicanos. “Los haitianos vienen a vender, pero con lo que obtienen de sus ventas, también compran”, dijo.
(ElNacional)