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“La apariencia muchas veces trata de expresar el interior lo que tiene dentro en el corazón. Lo que si podemos ver es que aquí tenemos un hombre que tiene un vínculo muy fuerte con entidades demoniacas que en un momento dado pueden provocar un estado de esquizofrenia que lo lleve a producir muertes y en este caso muertes colectivas, estamos hablando de cuatro personas, entre ellos niños menores de edad y su pareja”, dijo Lorenzo.
La misma apreciación la comparte el sacerdote Manuel de la Cruz Campuso, quien aseguró que aquellos que caen ante la oscuridad cometen actos de esta naturaleza sin plena conciencia.
“Está ligado a un rito satánico, además algunas personas que lo conocían a él, una de mis alumnas me decía que le conocía a él y que sabía que él participaba de un rito satánico, inclusive dice que al parecer hubo otros hechos que podrían relacionarse con ese hecho, con esa forma de él al parecer forma parte de un rito satánico”, manifestó el religioso.
El sacerdote agregó que es necesario que la sociedad dominicana se avoque retomar los valores que defienden y protegen a la familia y sobre todo a buscar de Dios.
Es que la apariencia de Víctor Alexander Portorreal, acusado de asesinar a su pareja y sus tres hijastros el pasado domingo, daba escalofríos, según cuentan los residentes en dicho sector ubicado próximo al Mar Caribe, y donde el confeso autor del crimen fue detenido por agentes de la Policía.
Portorreal no conservó amigos en el barrio 30 de Mayo. No hablaba con nadie en esa zona y siempre caminaba cabizbajo, lo que hacía creer a los residentes de esa zona que Víctor Alexander tenía algún problema y que pertenecía a alguna secta satánica, porque siempre vestía de negro, tenía el pelo largo, se pintaba las uñas y ojos de negro, y se trasladaba en una motocicleta Harley Davidson.
El pasado viernes, Víctor Alexander Portorreal Mendoza, de 30 años de edad, admitió haber matado a su pareja y los tres niños, y dijo sentirse arrepentido por cometer esos cuatro asesinatos que han conmocionado a la sociedad dominicana.
(Fuente: Acontecer Dominicano)