Los actos comenzaron con las notas del Himno Nacional y a seguidas las presentaciones artísticas de un grupo de jóvenes con trajes típicos que danzaban al ritmo de un baile folclórico; la coreografía con los panderos y las pañoletas, así como la presentación del artista cristiano JJ Hairston y la participación de otros grupos musicales que se presentaron en el escenario.
Agentes de seguridad rodeaban toda el área perimetral. Los asientos estaban ocupados, pero la llegada de más personas no cesó durante los dos días; las banderas de diversos países eran ondeadas y la emoción de los presentes se manifestaba a través de los cánticos y aplausos.
El personal del evento cargaba cubetas azules para que los feligreses se desprendieran de las ofrendas como prueba de su fe y sacrificio espiritual.
Entre 100, 500 y hasta mil pesos, e incluso de a 50 y 100 dólares se veían caer sobre los hondos recipientes; al mismo tiempo que uno de los predicadores comparaba el pobre sacrificio de Caín con el desprendimiento monetario de los allí presentes.
Las pantallas en los extremos del escenario se encendieron bajo el título “Tiempo de liberación”, para presentar una muestra de las obras concebidas a manos del “profeta” TB Joshua, a quien la multitud congregada en el Estadio Olímpico de la capital esperó con ansiedad por casi cinco horas durante los dos días de sus presentaciones en el país.
El niño con la bala
Roberto Fiselí intentó ver el sábado al llamado “profeta” TB Joshua para que retirara la bala incrustada en la espalda de su hijo Juanelis, pero no tuvo éxito.
Él y su esposa habían ahorrado una gran suma de dinero durante un año para ir a Nigeria, a fin de que el ministro sanara a Juanelis, de 20 años de edad, quien no puede caminar desde hace 6 años porque fue tiroteado por alguien que lo confundió con un ladrón que estaba subido en el techo de su hogar.
“Yo vine desde el viernes para que él sanara a mi hijo. Y los organizadores de este evento dejaron pasar a personas que no tenían gran cosa, a veces personas que podían caminar y que estaban bien de salud. No entiendo por qué a mi hijo que tiene una bala dentro todavía, que no puede caminar y se está muriendo, no dejan que el profeta lo sane”, exclamó Roberto a punto de estallar en llanto.
Durante el pasado viernes y sábado, el pastor TB Joshua, quien es un famoso predicador nigeriano, llevó a cabo una jornada de curación, alabanzas y mensajes de la palabra de Dios en el Estadio Olímpico, ubicado en la capital. Su fama se debe a supuestos milagros que ha realizado con sus manos y frente a las miradas de sus feligreses.
Por ejemplo, personas con muletas que empiezan a caminar al ser tocados por el llamado profeta, o gente con diagnóstico de cáncer terminal e inmovilizados que se levantan de los colchones, al ser supuestamente curados por el “hombre de Dios”.
(LIstinDiario)