La manifestación de comunitarios del sector Gurabo, en Santiago, que exigen la excarcelación del exteniente de la Policía, Fernando de los Santos (La Soga), tiene varias lecturas según profesionales de la conducta y la sociología.
Para el presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, Julio Chestaro, la expresión es el resultado de la frustración que siente la sociedad dominicana ante la falta de respuesta de las autoridades al problema de la delincuencia y la inseguridad ciudadana.
Mientras, el sociólogo César Cuello, advierte que este tipo de manifestación no es nada nueva y ya se ha visto con el capo Pablo Escobar en Colombia y el propio Quirino Ernesto Paulino Castillo, en el país, quienes construyeron un liderazgo clientelista en base a dádivas y realización de obras con aparente sentido de solidaridad y colaboración en las comunidades a las que estaban arraigados con la intención de comprar inmunidad ante un momento de desgracia.
“Esto se da a base de utilizar la dádiva, el filantropismo interesado para ganar esa base y así el supuesto líder tiene inmunidad en la misma población. Es una compra de inmunidad, de posicionamiento precisamente para eso, para que cuando le toque, sean quienes lo defiendan porque es un hombre bueno, es un hombre benévolo. Eso no es casual”, dijo el exdirector de la Flacso.
En el caso de “La Soga”, quien alcanzó la fama de efectivo agente en la persecución de supuestos delincuentes, Cuello advierte que la gente llegó a verlo como un líder que suplía, a su modo, su seguridad frente a la desatención del Estado a uno de los problemas más apremiantes de los dominicanos.
El también sociólogo y catedrático universitario, Juan Miguel Pérez, afirma que los sectores más excluidos y estigmatizados de la sociedad suelen respaldar la rebeldía de quienes retan y desafían al estatus quo.
Ven acto como una acción de reciprocidad
“Cuando ellos dicen: él nos protegía, ¿qué es lo que está diciendo eso? Él nos protegía del desamparo, de la delincuencia, pero sobre todo, de la propia delincuencia de uniforme, y ese señor sabiendo ese rol a jugar, ese rol lo fortalecía, porque él los integraba como parte de la comunidad. Es una acción de reciprocidad en el que se protegen ambos”, explicó Pérez.
-elcaribe-