Una fuente de la Policía ligada a la investigación dijo que durante las pesquisas se ha determinado que por lo menos dos médicos fueron burlados en su buena fe, aunque también se ha comprobado la complicidad de otros galenos que tendrán que responder ente la justicia por sus hechos.
“Hay una altísima posibilidad de que fuera otro y no Quirinito el que asistiera a algunas de las consultas médicas”, declaró la fuente, la cual adelantó que la investigación se encuentra bien avanzada.
“De lo que se trata, por lo visto, es de que alguien con un cáncer como el señalado en los certificados se identificó ante los médicos con el nombre de Pedro Alejandro Castillo Paniagua y los galenos, como es natural, fueron sorprendidos en su buena fe”, manifestó la fuente.
Sin embargo, aclaró que conforme los resultados preliminares de la investigación, otros médicos sí actuaron conscientes de que no se trataba de Castillo Paniagua la persona diagnosticada con cáncer y declarada como muerta.
Dijo que incluso, los que tramaron la fuga de Castillo Paniagua utilizaron un certificado médico de su madre para ponerlo a su nombre y utilizarlo en la audiencia en donde se le varió por prisión domiciliaria la condena de 30 años de cárcel que cumplía por la muerte de un español, en San Cristóbal.
En el desarrollo de la investigación también salió a relucir que la médico general del Centro de Corrección y Rehabilitación Vista del Valle, de San Francisco de Macorís, habría advertido a las autoridades de ese recinto que la enfermedad de Castillo Paniagua no era real y que se trataba de una farsa, por lo que solo estaba enfermo en papeles.
La doctora María Gutiérrez habría advertido a la Dirección del Centro Vista del Valle que no era cierto que éste tuviera enfermo, contrario a la opinión de otros galenos.
Las declaraciones de Gutiérrez constan en un interrogatorio que les hicieron los investigadores el pasado jueves, en la Procuraduría General de la República.
La supuesta enfermedad y “muerte” de Quirinito fue avalada mediante certificados médicos emitidos por galenos, incluso del Instituto Nacional de Ciencias Forense (Inacif).
Uno de los documentos con los que se buscó avalar la enfermedad fue un certificado de fecha 3 de abril de 2017, del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), indicando que padecía de un cáncer terminal en la boca.
UN APUNTE
También las clínicas
También certificaciones emitidas por la Clínica Unión Médica del Norte, cuyo laboratorio de patología, citología e inmunohistoquímica, certificó que “el paciente padecía de un carcinoma epidermoide bien diferenciado, infiltrante y ulcerado en la lengua”, firmada por el oncólogo César Núñez Rojas.
(Fuente: El Nacional)