El "extremadamente peligroso" Irma se encuentra aproximadamente a unos 95 kilómetros al noreste de Puerto Plata, y se desplaza a 26 kilómetros con vientos de 280 kilómetros por hora, según el último informe de la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet).
En las primeras horas de hoy las lluvias fueron más intensas en Santiago, la segunda ciudad en importancia del país, donde se han registrado algunas inundaciones, así como en las turísticas Puerto Plata, Samaná, y Punta Cana.
En varias localidades de la costa norte y este también se han registrado fuertes vientos y un considerable oleaje, así como caída de árboles y postes del tendido eléctrico, pero hasta el momento no se ha informado de víctimas.
A causa del huracán, el mayor formado en la cuenca atlántica, más de 6.800 personas han sido evacuadas, según informó el Centro de Operaciones de Emergencias (COE), que mantiene en alerta roja a la mayoría de provincias del país, 24 de un total de 32.
Aunque los efectos han sido por ahora menores a los previstos, las autoridades han pedido mantener la precaución y han informado de que hay 2.055 viviendas afectadas así como 10 comunidades incomunicadas.
En una rueda de prensa, el director del COE, Juan Manuel Méndez, explicó que "lo peor no ha pasado" ya que cuando Irma se situé próximo a la isla de Turcos y Caicos, "la cola va a arropar prácticamente todo el territorio nacional" y puede provocar inundaciones.
El Gobierno dominicano, declarado en sesión permanente desde el lunes, ha activado un plan para albergar hasta 900.00 personas, y ha puesto en marcha los protocolos de seguridad y prevención en los complejos hoteleros, la mayoría situados en Punta Cana, Puerto Plata, Samaná y Santo Domingo.
Unos 7.500 turistas fueron trasladados de hoteles situados en el este o noreste del país, la zona más afectada por el huracán, a otros de Santo Domingo y Santiago como medida preventiva, desde varios complejos hoteleros de Samaná, Punta Cana y de Puerto Plata.
El paso del huracán también afectó al tráfico aéreo y varias aerolíneas reprogramaron sus vuelos mientras que alrededor de cien vuelos fueron cancelados desde y hacia varios de los aeropuertos internacionales del país, los cuales, sin embargo, continúan operando.
Las calles de las principales ciudades del país están hoy casi desiertas ya que el gobierno suspendió la actividad laboral, tanto pública como privada, así como las clases en los colegios, y la mayoría de comercios también cerró sus puertas.
El aviso de huracán se mantiene desde Cabo Engaño, próximo a Punta Cana, hasta la Bahía de Manzanillo (Montecristi), toda la costa del norte del país, y el aviso de condiciones de tormenta tropical desde Cabo Engaño hasta Pedernales, toda la costa meridional.
En las próximas horas, el ojo del huracán se situará sobre el norte de Haití, que también permanece en alerta roja y donde se espera con temor dada la vulnerabilidad del país, que sufrió el año pasado los efectos del paso del huracán Matthew, que dejó al menos 573 muertos, miles de afectados y cuantiosos daños.
Aunque las autoridades haitianas han asegurado que están preparadas para responder, muchos ciudadanos se han quejado de la falta de información y de acceso a los albergues, donde en muchos de ellos no hay ni agua ni comida.
Los departamentos haitianos del Norte, Noreste, Noroeste, Artibonite y Centro están bajo la amenaza de Irma, que dejará abundantes lluvias en Cabo Haitiano, la segunda ciudad del país.
Diversos organismos humanitarios han mostrado ya su preocupación por los efectos que pueda causar Irma y algunos como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ya han anunciado que están preparados para proporcionar asistencia de emergencia en Haití, el país más pobre de América.
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