A esa conclusión llega el economista Andrés Dauhajre hijo, en una “Evaluación Macroeconómica” que hizo al primer semestre del año 2017. La más importante de esas fuentes, el financiamiento proporcionado por el acuerdo petrolero Petrocaribe, “prácticamente” desapareció, según expone el doctor Dauhajre hijo, presidente de la Fundación Economía y Desarrollo.
Petrocaribe fue un programa creado por el gobierno de Venezuela mediante el cual le financiaba a República Dominicana y a otros 17 países de la región no productores de petróleo, una proporción creciente de sus importaciones petroleras, cuando el precio del barril de crudo superara los US$50.00. La caída de la cotización internacional del petróleo y las dificultades económicas internas de Venezuela han provocado una práctica desaparición en los últimos tres años del financiamiento Petrocaribe, ventanilla que llegó a representar para República Dominicana un apoyo presupuestal de hasta US$600 millones al año.
Según cifras que cita Dauhajre en su evaluación, para el año en curso el presupuesto dominicano contemplaba un financiamiento vía Petrocaribe por US$80 millones, pero al primer semestre del año había ejecutado solo US$1.9 millones.
El documento elaborado por doctor Dauhajre plantea que “resulta previsible crecientes dificultades para financiar el déficit del sector público no financiero luego de la práctica desaparición del financiamiento de Petrocaribe” y la imposibilidad del Gobierno de seguir apoyándose en otras fuentes “en ausencia de reformas estructurales importantes”.
“El elevado stock de bonos soberanos de la RD en el mercado global de capitales no permite pensar que emisiones considerables de bonos soberanos para compensar la caída de Petrocaribe y el retiro transitorio de las IFIs, pueda ser una opción realista”, expresa y plantea que el Gobierno “tendrá necesariamente que ejecutar una reforma fiscal importante”.
Monto de los bonos
Precisa, además, que el stock de bonos soberanos de República Dominicana en el mercado global es mayor que el de las economías centroamericanas que han incursionado en el mercado de capitales, con excepción de Panamá y Chile.
Hasta el año 2023, República Dominicana no enfrenta niveles elevados de vencimientos de bonos globales que no puedan ser abordados con nuevas colocaciones que permitan hacer el “rollover” de los mismos en adición a las necesidades brutas de financiamiento para cubrir el déficit fiscal. Sin embargo, el vencimiento de US$500 millones en cada uno de los años 2019-2021 podría generar un estrés indeseable y delicado si las tasas de interés globales suben como se prevé y el proceso de consolidación fiscal interno no logra elevar el superávit primario en la magnitud requerida.
Gobierno se esfuerza en equilibrar las finanzas
Dauhajre resalta que el esfuerzo realizado por el Gobierno dominicano para ir reduciendo el desbalance fiscal, la mejora sustancial de las cuentas externas y el consecuente aumento de las Reservas Internacionales Netas, en un entorno de considerable crecimiento económico y notable estabilidad de precios, llevó a Moody’s a mejorar la calificación de la deuda soberana dominicana de B1 a Ba2x. “Todavía, sin embargo, el país no ha logrado recuperar la calificación pre-crisis bancaria de Ba2 que estuvo vigente entre agosto del 2001 y septiembre de 2001”, dice.
(ElCaribe)