l ¿El sistema político corre el riesgo de colapsar por los golpes que ha recibido en los últimos tiempos?
l Si algo ha evidenciado este proceso de reformas institucionales en la clase política es que la clase política dominicana es muy conservadora. Probablemente las transformaciones institucionales que nosotros debimos de haber hecho, unas llegaron tarde y otras no se han podido realizar, es por esa visión de la clase política dominicana. Esto está generando una situación de desconfianza, es decir la sociedad no confía ni en sus instituciones ni en quienes la dirigen. Es así por el modelo político que se ha instalado en la República Dominicana, que es un modelo clientelista, que propicia la miseria y la ignorancia.
l ¿Por qué los partidos políticos se han debilitado tanto en los últimos tiempos?
l Aquí no hay forma de ejercer la política sin dinero, porque el costo de la política es muy alto. Eso ha traído como consecuencia que liderazgos, especialmente locales, que se han construido a base del servicio, han sido desplazados por personas que tienen más que un liderazgo y cuentan con el dinero para hacer política. Por eso hay que cambiar el modelo político y fortalecer el sistema electoral en la República Dominicana. Los partidos lo han invadido todo, hasta para ocupar una profesión en un gremio profesional tiene que ser a través de un partido político. Esas instituciones están viviendo una crisis tan fuerte que yo pienso que a los partidos políticos y los políticos hay que cuidarlos de ellos mismos. Ya la sociedad debe reclamarle a los políticos que deben cambiar la forma de hacer política. Los políticos son importantes pero hay que someterlos al orden.
l ¿Es posible que los partidos retomen la ideología que han dejado atrás?
l Una de las razones cuando se aprobó el financiamiento a los partidos políticos fue para hacer obligatoria la formación política. Los partidos se han involucionado, y obviamente eso tiene un impacto en la democracia. Lo que se quería con el financiamiento era fortalecer las escuelas de formación política y todas desaparecieron, eso quiere decir que el componente ideológico ya no tiene importancia. Al fin de cuenta parece que hay un sistema donde todo se recicla.
l Algunos dirigentes políticos dicen que desde la sociedad civil buscan destruirlos ¿Qué opina sobre eso?
l Si no hubiese crisis el Partido Reformista no estuviera dividido. Sino hubiese crisis el PRD no se hubiese dividido y si no hubiese crisis el PLD no estuviera como está, que es evidente que hay dos fuerzas a lo interno de ese partido. Nosotros de ninguna manera queremos que el sistema político se siga debilitando, lo que estamos apostando es a que se fortalezca. Es que los partidos políticos son demasiado importantes y al final de cuenta a cada cual se le evalúa por lo que es no por lo que diga ningún sector. Y nosotros lo que hemos dicho es que estas instituciones hay que someterlas al orden. Aquí cada cuatro años hay un problema porque los partidos no rinden cuenta e incluso la propia autoridad ha dicho que el dinero del crimen organizado ha penetrado las campañas electorales. No tiene lógica pensar que desde la sociedad civil queremos atentar contra los partidos políticos porque ese sería un error de la sociedad civil. El trabajo que se hace desde los partidos no se puede hacer desde la sociedad civil, y lo que hacemos es propuesta porque hay que empezar a desmontar ese modelo político porque si aquí el sistema político se descalabra nos lleva de encuentro a todos, a todos. Es que la situación actual de los partidos políticos no aguanta a que se posponga más.
l ¿Está optimista con que ahora se aprobará la ley de partidos políticos?
l La solución como punto de partida es la aprobación de ley de partidos políticos y la reforma a la ley electoral. Y cada vez que nos acercamos a que se apruebe la ley quieren cambiar la forma de dirigir el debate. Ahora quieren un código electoral, no, no, no, vamos aprobar la ley de partidos políticos y si quieren después aprobamos el código electoral. Llega un momento en que la situación es tan crítica que a lo inevitable se le da la bienvenida.
La clase política sabe que ya llegó ese momento. Yo he visto que han mostrado un interés en que es necesario aprobar una ley que sea políticamente posible. Una reforma no se limita al contenido de una norma y las leyes son el punto de partida, pero hay que tomar en cuenta también la cultura política que se ha desarrollado y hay cosas que van a tomar años desmontarlas.
l ¿Por qué hay reformas que se han hecho y no han funcionado?
l Si se observa la ley electoral 275-97 hay una serie de medidas que se aprobaron pero no tienen sistema de consecuencias y eso, hay que fortalecerlos en las próximas legislaciones. Por ejemplo la ley electoral 275-97 prohíbe el aporte de las multinacionales a las campañas electorales, pero no establece ninguna sanción y eso termina quedándose en una cuestión moral y ética. No se puede apostar a leyes con esas dimensiones, hay que apostar a leyes que establezcan sistemas de consecuencias que se cumplan. Aquí no ha habido nadie preso porque venda una cédula.
l ¿Apoyan que se apruebe la cuota de 50% de cargos para la mujer?
l Nosotros hemos sido radicales en eso, pero no debe ser menos de un 33%. Yo me identifico con 50%, no solo para ocupar posiciones públicas es que a lo interno de los partidos también, porque la Constitución ampara a la mujer en todos los escenarios.
l ¿Cuál padrón debe utilizarse el de los partidos o el general?
l Honestamente hablando nosotros preferiríamos que sea el de la Junta. Pero el tema del padrón es que eso es de tipo político, no es de carácter institucional y por eso se lo hemos dejado a los partidos, que ellos definan ese asunto porque eso tiene un componente político. Es negociable que de los fondos que reciben los partidos políticos de la JCE se dedique el 25% a la formación política.
l ¿Cómo debe regularse el financiamiento privado?
l Uno de los problemas que tienen los partidos es que ellos no han querido identificar a sus donantes privados. Cuando no se identifica de quien se recibe los fondos estás exponiéndote a convertirte en una herramienta de lavado. En una ley de partidos políticos tiene que dejar bien claro los mecanismos de transparencia que es uno de los principios constitucionales que los sustentan.
(ElCaribe)