Pero ahora todo es diferente: Reyes Mota es señalada como “la Zarina de la Estafa”, y acusada de presuntamente estafar a más de un centenar de personas a través del alquiler de habitaciones en apartahoteles.
Según algunos querellantes, ellos le pagaban la suma de varios meses de renta, pero ella solo depositaba un par de días, lo que provocaba que los huéspedes fueran expulsados de las habitaciones.
En San Cristóbal, donde impartía docencia, cada vez que se iniciaba su clase se oraba, se entonaban canticos de adoración y se leía La Biblia. Era una señora que se mantenía bajo perfil y casi no compartía con los alumnos y profesores.
Aunque tenía varios años sin ejercer el magisterio, algunos alumnos de Reyes Mota, quien también es la exesposa de un pastor de esa misma iglesia, han publicado en las redes sociales su descontento con la acusación porque la consideraban como una mujer admirable.
Varios de sus exalumnos dicen que era una persona respetable, y que aún no pueden creer las acusaciones que se le han imputado, mientras que otros manifestaron que “caras vemos pero los corazones no sabemos”. “Era una mujer recta, y a quien debían de sacarle buenas calificaciones”, insisten.
Incluso algunos hacían mención de que la maestra usualmente reprobaba a estudiantes que no realizaban sus deberes, y que ahora se sienten decepcionados con el supuesto delito.
A Reyes Mota le fue impuesta una medida de coerción de tres meses de prisión en el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Mujeres, dictada por el juez José Alejandro Vargas.
Quienes la acusan manifiestan que la imputada prometía venderle carros Hyundai Sonata a trescientos mil pesos, que venían exonerados para el Ministerio de Educación a ese mismo precio.
Para tales fines Reyes Mota utilizaba una compañía fantasma llamada Servicio Múltiples de Empleos, Financiamiento e Inversiones, (SERMEFI).
(ListinDiari)