En el reportaje pasado sobre las células madre, varios especialistas dejaron claro, que a pesar de que algunos tratamientos se constituyen en un gran avance para la medicina, todavía no puede ser utilizado para todas las enfermedades, pues aún se realizan investigaciones en el campo científico internacional para evitar daños en los pacientes y hacer los tratamientos de manera segura y eficaz.
De hecho en nuestro propio país no hay una regulación y se espera desde hace dos años la aprobación de un reglamento. Mientras tanto se propagan como la hierba mala decenas de centros que ofrecen una amplia variedad de tratamientos que las propias autoridades establecen que no han sido aprobados.
El tema se percibe como un grave problema, pues el turismo de células madre y las ofertas exageradas lo que permiten es que pacientes desesperados caigan en manos de médicos que buscan solo lucrarse de forma rápida, ya que los tratamientos son muy costosos. En el país por ejemplo hay médicos que cobran por un solo tratamiento hasta 170 mil pesos.
Lo que existe en estos momentos es un mercado de ofertas, donde a las personas les envían hasta combos para guardar las células madre en bancos locales y en el extranjero.
Habíamos mencionado la semana pasada que uno de los médicos pioneros en el país con el tema de células madres, es Álvaro Skupin, un nacional colombiano que se presenta como graduado de medicina de la Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia, con especialidad en medicina interna, neumología y cuidados intensivos.
En esta semana también hemos recibido quejas de pacientes del Dr. Skupin, por ejemplo, la señora Lourdes Bisonó llevó a su hija de 19 años a una consulta a la Clínica del Dr. en Miami, pues la menor sufre de Lupus y el Dr. recomendó el tratamiento con células Madre, cobrándole por una sesión 8 mil 700 dólares, pero su resultado no fue alentador.
Otros pacientes atendidos en República Dominicana se han comunicado con nosotros y certifican pagar 8,370 dólares sin resultados positivos, pero temen hablar ante las cámaras por temor a represalias.
Entendiendo que ya las autoridades de Salud Pública deben tomar el toro por los cuernos y regular de una vez y por todas los tratamientos de células madre en el país, entrevistamos a la Ministra de Salud Pública, Altagracia Guzmán Marcelino.
Prometió que el viernes publicaría en medios de circulación nacional un llamado a vistas públicas para dar a conocer el reglamento, que luego sería colgado en la página web de la institución para que toda la población tenga acceso a él. Cumplió su palabra y colgó en la página del Ministerio la propuesta de la resolución que ordena la obligación de autorización para la aplicación de terapias celulares. La consulta cerrara el 11 de septiembre del presente año.
El borrador del reglamento se convertirá en un filtro para que no se aplique el tratamiento de células madre para enfermedades que no se haya demostrado la eficacia e inocuidad mediante estudios que hayan pasado por todas las fases de investigación clínica, de hecho quedan excluidas de esta reglamentación según el párrafo IV de la misma los tratamientos para enfermedades que en estos momentos si son aprobadas, como son los trasplantes de células progenitoras obtenidas de sangre periférica y trasplantes de células hematopoyéticas, siempre que sean prescritos para tratamientos de leucemias, cáncer linfático, mieloma múltiple, anemia aplásica, hemoglobinuria paroxística nocturna, hemoglobinopatías (falcemia), todas entidades clínicas donde la evidencia científica está ampliamente descrita.
El documento en su artículo primero ordena que los establecimientos, servicios o profesionales que oferten o apliquen cualquier tratamiento con fines regenerativos o curativos en seres humanos, que involucre el uso de células madre adultas sometidas o no a procesos que alteran sus características biológicas, presenten una solicitud de autorización para procedimientos de terapias celulares.
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