A los familiares y amigos de los presos por el soborno de 92 millones de dólares que admitió pagar Odebrecht en el país se les permite pasar por el área que usa para entrar el personal que labora en el recinto.
Las visitas de los reos comunes, que guardan prisión por otros delitos, entran por otra puerta, que es la habitual de visitas, con filas de hasta más de media hora, y someterse a chequeos rigurosos.
La vía de ingreso tampoco es la única desigualdad que impera. Hay otras que, al igual que la diferencia de puerta, son motivos de quejas de familiares de reos.
Las reglas para acceder al recinto, se violan cuando van para el pabellón donde están recluidos Temístocles Montás, César Sánchez, Ángel Rondón, Víctor Díaz Rúa, Ruddy González, Andrés Bautista, Conrado Pittaluga y Máximo De Oleo.
Quienes visitan esos ocho reos no forman la tediosa fila a la que tienen que integrarse los que van a ver a otros reclusos.
Y mientras varias personas que visitaban reos comunes no pudieron entrar porque tenían camisetas verdes o azules, a los que iban para donde los implicados en el caso Odebrecht no se les restringió por ese motivo. La muestra fue el diputado peledeísta Gustavo Sánchez, quien fue a visitar a Montás vistiendo una camiseta verde.
Varios entraron con camisas o camisetas de esos colores, lo cual está prohibido porque es el uniforme de los reos.
Los sábados solo se permite visita a personas con niños, pero esa regla se omitió si iban para donde los imputados de Odebrecht, que a muchos incluso se les permitió entrar el vehículo hasta el mismo penal. El chequeo allí también es mínimo.