Dijo que el Programa de Atención a Usuarios de Heroínas lo ejecuta el Ministerio de Salud Pública, a través del Centro de Atención Integrado a los Drogodependientes en el Hospital Francisco Moscoso Puello, en Santo Domingo.
De la Rosa indicó que esta labor se realiza con la Universidad de Puerto Rico.
Anunció que también trabajan con el Consejo Nacional de Droga y organismos internacionales en una propuesta de modificación de la anacrónica Ley 50-88, sobre Drogas, que data de 1988.
Sin embargo, De la Rosa declaró que en el país no hay estadísticas que demuestren la cantidad de personas que consumen o trafican con droga y que la última medición de hizo hace cinco años, para conocer el sector estudiantil.
“El país no tiene un instrumento que le permita medir el incremento o si ha bajado el consumo de estas sustancias, porque nuestra política de drogas es básicamente desde el punto de vista de la represión y no se han ocupado de entender el fenómeno que implica investigar, hacer estudios, tener datos viables para poder generar una política”.
Critica que al problema de las drogas no se le preste atención preventiva y tratamiento, aunque no afirma categóricamente que haya incremento.
De la Rosa dice que se requieren mediciones periódicas, para determinar cómo las drogas afectan a la ciudadanía en sentido general.
Situación de la niñez. Para menores de edad con la conducta desviada por consumo de droga, Casa Abierta dispone de una atención psicológica. Acoge niños, niñas y adolescentes, a quienes atiende por uso de sustancias y de comportamiento que no se adaptan a la realidad.
Cuando hay casos de adiciones son sometidos al programa ambulatorio. La entidad cuenta con una “ludoteca” en el sector Simón Bolívar de esta capital, dirigida a prevenir que niños y adolescentes desarrollen conducta inadaptada o consuman sustancias prohibidas.
De la Rosa expresó que reciben demandas de familias que llevan adolescentes, generalmente por problemas de conductas.
El psicólogo De la Rosa señala que aparecen niños menores de 12 años consumiendo drogas en familias y que los que están en las calles desde los siete años se convierten en consumidores que inhalan gasolina y pegamento de calzado. Estas sustancias químicas son las que más dañan los pulmones.
Por falta de capacidad instalada, solo pueden hablar de casos anecdóticos.
Aunque la Ley 136-03 creó el Código del Menor y el sistema de Protección de los Niños, Niñas y Adolecentes, De la Rosa lamenta que el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani) no tenga dentro de su política recoger a los niños que crecen en las calles, muchos de los cuales fallecen atropellados por automóviles, por enfermedades o simplemente se mantengan en condiciones infrahumanas.
“Las únicas veces que hay respuesta de las autoridades es cuando esos niños y niñas se acercan a las zonas turísticas. Entonces, se les quiere sacar de la zona, pero no como atención a ellos, sino para que no afecten el turismo”, dijo recordando que trabajan con niños en comunidades vulnerables.
No conoce la causa por la que no se notan tantos jóvenes deambulando por las calles, en aparente consumo de droga y considera que esto puede ser positivo o negativo.
Principales drogas. El alcohol es la droga más demandas en todas las poblaciones, de acuerdo a De la Rosa, incluso, en niños, seguida por la marihuana o cannabis, utilizada en todos los sectores como alucinante.
Luego, están la cocaína (droga de clase media), metanfetaminas y éxtasis, esta última de consumo bajo en República Dominicana.
“La cocaína se usa en fiestas de clase media y de clase alta”, donde la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) no entra a hacer represión. De la Rosa afirma que hay vinculación con poder y el dinero.
Indicadores de consumidores de drogas, dice que están en su cambio de comportamiento y círculos de amigos, bajo niveles de estudios, poco sueño o mucho sueño, subida o baja de peso corporal.
Rechaza la represión de todos los gobiernos con los consumidores de droga, aunque reconoce que el Gobierno Danilo Medina ha mostrado interés en accionar cambios.
(Hoy)