Aumenta la deserción universitaria en los jóvenes dominicanos
Estefani Corporán, de 25 años de edad, desertó de la carrera Ingeniería Civil después de cursar cuatro semestres en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. “No pienso volver; voy a cambiar de universidad porque en la UASD se pierde mucho tiempo y se pasa mucho trabajo”, dice, preocupada por los frecuentes disturbios que enfrentan a estudiantes y agentes policiales, así como por el desorden en la planificación de las asignaturas.


La joven, residente en San Cristóbal con su hijo de dos años, su madre y una hermana, se suma a los miles de estudiantes que desertaron de las universidades dominicanas y que representan el 39.3% de las personas de 15 años o más que frecuentaron las aulas de las instituciones de educación superior, según la Oficina Nacional de Estadística (ONE).


El estudio titulado “Educación Superior en República Dominicana”, sustentado en la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (Enhogar-2015), arroja que el 22.3% de la población dominicana con 15 años de edad o más ha frecuentado las aulas universitarias.


Señala que “los más proclives a abandonar las aulas” son los estudiantes de la UASD (47.6%). Les siguen los de la Universidad Dominicana O&M (44.7%) y los de la Universidad Tecnológica de Santiago (Utesa), con 43.7%, ambas entre las menos costosas para los alumnos.


Los que desertan de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) represetan un 32.1%, y los de la Universidad Central del Este (UCE), un 18.1%. En el caso de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) solo son propensos a abandonar las aulas un 12.6%.


Cifras oficiales apuntan a que para 2015 República Dominicana tenía matriculados 480,203 estudiantes en 32 universidades (con 466,254 alumnos), 12 institutos de educación superior (con 8,823) y cinco institutos técnicos de estudios superiores (con 5,026).


La UASD, según el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, albergaba a la mayor parte, con 180,015 matriculados, equivalente al 38.6% del total. Para 2015 el MESCyT registró 128,641 estudiantes de “nuevo ingreso” en las 49 entidades de educación superior. De esa cifra, un total de 41,607, equivalente al 33.69%, entraron a la universidad estatal.


Sin embargo, Faustino Collado, docente de la Facultad de Economía de la UASD, asegura que de los estudiantes que se matriculan y reinscriben cada semestre en la academia pública y que hacen que su matrícula activa ronde entre 180,000 y 200,000 (ahora son 181,000), alrededor de 30,000 ni siquiera toma la primera clase. Además, que de los 150,000 restantes, unos 60,000, un 40%, “retiran una, dos, tres, y cuatro asignaturas”.


“Por eso, la UASD es una universidad real de unos 100,000 estudiantes, aunque tiene una estructura, una burocracia y un gasto de una universidad de 200,000 estudiantes”, añade Collado.


La titular de la Dirección de Admisiones de UASD, Gloria Madera Ortiz, reconoce la problemática. Plantea que la mayor causa de deserción en esa academia “es la falta de secciones en el ciclo básico, por la gran población que ingresa y por falta de presupuesto para crearlas”.


Para este 2017 la UASD, que reclama el 5% del Presupuesto Nacional, planificó manejar un monto de RD$15,672.7 millones, pero el Gobierno solo le asignó RD$8,474.1 millones, 54% de lo gestionado.


“Otros estudiantes abandonan por falta de recursos económicos, algo que les impide obtener los libros y pagar alimentación y transporte”, apunta Madera Ortiz.


“El 73% de los que ingresan estudió en liceos públicos y un alto porcentaje son centros nocturnos o programas acelerados de formación, lo que reduce el tiempo de capacitación y llegan a la universidad con grandes lagunas académicas que les impiden avanzar”, sostiene.


Por eso, “muchos caen en la categoría de bajos índices y creen que cambiando de universidad lo resolverán”, añade.

Trabajan o buscan empleo

Francisco Cáceres Ureña, director de Censos y Encuestas de la ONE, encabezó el estudio “Educación Superior en República Dominicana”. Sostiene que en el caso de las entidades privadas muchos abandonan “por el alto costo de la matrícula”.


El demógrafo considera que la deserción universitaria se debe enfrentar como “un problema multicausal”, razón por la que entre sus soluciones se debe considerar que el MESCyT cumpla su rol de planificador de la educación superior.

“En consecuencia, debe tomar en cuenta, de forma permanente, la demanda de recursos humanos calificados proveniente de cada área del quehacer productivo-laboral. Eso determinará la matrícula estudiantil permisible en cada carrera y en cada universidad”.

La deserción universitaria supone grandes desafíos para el Estado, que debe velar porque el mercado laboral tenga los profesionales necesarios en la distintas áreas para sostener el desarrollo.


Miriam Díaz Santana, Gerente de Planificación y Desarrollo de la Fundación Apec de Crédito Educativo (Fundapec), entiende que el problema representa además “un gran desafío” para las familias porque, “la mayor parte de los universitarios trabajan o buscan trabajo y por eso las universidades están repletas en el horario nocturno y vacías en el diurno”.


“Sólo una reducida cantidad de estudiantes de familias de ingresos medio y alto pueden darse el lujo de dedicarse tiempo completo a los estudios, no obstante las ventajas académicas que esto conlleva”, sostiene.


“El resto debe ir a la universidad después de agotadoras jornadas laborales o pasando miles de penurias y no tiene tiempo para las tareas, la investigación y la lectura”, dice Díaz Santana. Hay carreras donde es imposible estudiar y trabajar al mismo tiempo y esto es otro motivo de deserción”, apunta.

Principales carreras de las que huyen

“Las personas que tienen mayor tendencia a la deserción universitaria son quienes cursan las carreras de Informática (54.4%), Comunicación y Publicidad (47.2%), otras Ingenierías y Tecnologías (46.5%), Mercadeo (46.4%) y Psicología (46.0%)”, según el estudio de la ONE.


Los que menos abandonan las aulas pertenecen a Educación Primaria (23.1%), Economía y carreras afines (27.4%), Medicina (29.5%), y otras especialidades de la educación (30.8%).


La ONE advierte que el fenómeno de la retirada definitiva de un estudiante universitario refleja “el fracaso del sistema de educación superior, en la retención de las personas que ingresan a las instituciones a formarse en las diferentes áreas del saber para asegurarse un porvenir mejor una vez graduadas”.


(ElDinero)

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Escrito Por Redacción A
Monday, April 24, 2017
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