Larry Shell y Henry Marguard, ejecutivo de la empresa y asesor general, respectivamente, dijeron que se enteraron del escándalo de pago de sobornos de Odebrecht en diciembre de 2016 cuando salió a la luz el acuerdo con las autoridades judiciales de Estados Unidos, y que al momento ordenaron una investigación interna para dilucidar el tema.
“Les aseguro que no tomamos ningún soborno de Odebrecht”, aseguró Marguard. “Estamos muy orgullosos de nuestro trabajo a lo largo de los 103 años de la compañía. Nos conducimos de forma muy ética”, manifestó.
Las declaraciones de los ejecutivos fueron expuestas en una rueda de prensa en la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), un día después de haber asistido a un interrogatorio en la Procuraduría General de la República, que investiga los sobornos dados por la constructora Odebrecht para ganar obras en el país.
La constructora brasileña admitió haber pagado sobornos por US$92 millones en el país para ganar obras en licitaciones públicas, además de haber donado dinero en varias campañas políticas en el país.
Los ejecutivos de la empresa Stanley Consultants revelaron que siguen trabajando en el proyecto Punta Catalina, con un equipo de doce personas que se encarga de la supervisión de la obra. “Supervisamos el trabajo del contratista, que sigan sus planos, pruebas y requerimientos de calidad”, dijo Manguard, quien asegura que Odebrecht ha cumplido con los procedimientos acordados de construcción.
Dijeron que su papel en la licitación fue solo analizar la propuesta técnica que hicieron las empresas interesadas, y que la decisión final de seleccionar a Odebrecht fue de la CDEEE.
Sobre el cuestionamiento de sobrevaluación de las plantas a carbón, los ejecutivos de la empresa señalaron que si se toma como parámetro que algunas empresas hicieron ofertas más bajas entonces se puede creer eso, pero que en realidad esas ofertas eran inferiores porque obviaron en sus propuestas aspectos fundamentales requeridos por el Estado dominicano.
“Hubo ofertas muy bajas que hubieran hecho deficiente e imposible la operación de las plantas”, explicó Larry Shell.
EJECUTIVOS CONTESTAN LOS CUESTIONAMIENTOS
Desde que se adjudicó la obra a Odebrecht salieron a la luz pública declaraciones de algunos participantes que se quejaron de que sus empresas habían hecho ofertas económicas muy por debajo de la finalmente aceptada.
Los representantes de la compañía insistieron mucho durante la rueda de prensa de que su papel en la licitación fue muy limitada, y que no estuvieron involucrados en el precio final que se escogió. “Estuvimos solo involucrados en el diseño y la calificación técnica”, señaló Shell.
El gerente general del Consorcio IMPE, que no fue seleccionada en la licitación, ha señalado que hizo una propuesta económica valorada en 900 millones de dólares, cuando la obra fue entregada a Norberto Odebrecht por 2,200 millones.
“Primero sobornaba y después de eso entonces ellos le daban la licitación que se la favorecían a ellos, porque ahí era que ponían la sobrevaluación como en este caso de Punta Catalina”, dijo Raúl Cabrera, gerente de la compañía.
“No sabemos de dónde han salido estos números de sobrevaluación, el precio ha estado en el margen de algunas otras plantas construidas”, dijo Shell, de la firma licitadora.
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