El Comité Dominicano de los Derechos Humanos (CDDH) condenó la muerte violenta de un menor en el sector Villa Duarte, municipio Santo Domingo Este, ocurrida durante un enfrentamiento a tiros entre bandas de microtraficantes, y exigió la intervención del presidente de la República, Luis Abinader.
El CDDH, filial San Luis, declaró que el asesinato del menor de 10 años, identificado como Josué, ocurrido en la calle La Victoria de Villa Duarte, no puede quedar impune.
Según informaciones recibidas por la organización, el niño murió en medio del tiroteo entre grupos vinculados al microtráfico, hecho que además dejó al menos siete personas heridas.
Este suceso ha generado gran indignación y dolor entre los residentes de la zona, quienes aseguran vivir bajo un clima constante de violencia.
El coordinador del CDDH, filial San Luis, Diógenes Ozuna, pidió al presidente Abinader y al director de Investigaciones Criminales (DICRIM), general de brigada Pedro Ignacio Matos Pérez, una intervención urgente en Villa Duarte con el fin de identificar y apresar a los responsables.
Ozuna recordó que la organización ha venido denunciando repetidos episodios de violencia en Santo Domingo Este.
Entre ellos destacó:- Un ataque armado a una patrulla policial en el distrito municipal de San Luis, sector La Rusa, tras una llamada al 9-1-1 que alertaba sobre disparos contra una vivienda.Al llegar al lugar, el coronel Jiménez y otro agente fueron recibidos a tiros, salvando la vida “por misericordia de Dios”, según explicó.
– La presencia de una banda fuertemente armada en el sector El Bonito, de San Isidro, donde afirma que se producen tiroteos y asaltos casi a diario sin una respuesta efectiva de las autoridades.
El CDDH llamó a la Policía Nacional, en especial al DICRIM, a ejecutar acciones contundentes para capturar a los responsables y evitar que la muerte del menor Josué, así como otros hechos sangrientos, queden impunes.
Finalmente, Ozuna reiteró su solicitud al presidente Abinader para que disponga intervenciones especiales en los barrios de Santo Domingo Este, donde —según denuncia— grupos delictivos operan abiertamente y el microtráfico continúa expandiéndose.