Varios niños jugaban, como es su costumbre, en el área donde hacía algunas horas se había producido una balacera que dejó agujeros en las paredes de todas las casas cercanas y que atravesó puertas de acero como si fueran de papel, en el sector Los Girasoles, del Distrito Nacional.
Los pequeños saben lo que ocurrió por lo que escuchan hablar de los adultos y se les oye decir con una sonrisa inocente que estaban en la escuela cuando ocurrió el suceso, ignorando que ese detalle marcó la diferencia. El tiroteo ocurrió cerca de las 10:00 de la mañana del jueves.
La Policía Nacional contó 37 disparos, algunos de alto calibre, muchos de los cuales entraron a viviendas, cruzaron de un lado al otro de la calle y agujerearon el concreto en múltiples puntos, pero ninguno lastimó a nadie.