Una muestra de 21,583 estudiantes de escuelas públicas de diferentes edades, indica que el 33 por ciento presenta obesidad o sobrepeso.
De manera segregada, de ese total están en obesidad 3,226 alumnos (15%); en sobrepeso 3,981 (18.4%) y en riesgo de bajo peso figuran 797 (3.7%), en bajo peso moderado 474 (2.2%) y en bajo peso severo 87 estudiantes (0.4%).
Son 581 los que presentan desnutrición aguda, moderada y severa, y por ello recibieron suplementos nutricionales, pero además se dispuso que se les dé un seguimiento.
Estos datos, que evidentemente resultan preocupantes, están contenidos en la memoria institucional 2024.
El Minerd dice que cuenta con políticas para abordar esa situación y que tiene una estrategia de educación alimentaria y nutricional que implementa el Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (Inabie).
No conocemos los resultados de campañas que ha desplegado el Inabie anteriormente, y si en realidad inciden para reducir los altos porcentajes de estudiantes obesos y con sobrepeso, pero recodamos la que denominó ¡Date vida, come sano! una excelente iniciativa que saludamos en la ocasión y que se encaminaba a contribuir a bajar los índices de obesidad en los escolares y en la población general.
Inclusive, debe llamar la atención que para esa campaña se consignó que los altos niveles de sobrepeso se evidenciaban en niños en edad escolar, con una prevalencia de 31%.
Puede parecer ocioso decir que se debe promocionar un estilo de vida saludable, que hay que reducir el consumo de azúcares y de grasas, pero para que las campañas tengan resultados positivos tienen que comenzar con los infantes, porque son las personas que están empezando a adquirir sus hábitos y están en condiciones de recibir ese mensaje con una actitud más positiva que la de un adulto mayor, que ya está acostumbrado a otro tipo de alimentación, y que además pudiera tener vicios como el alcohol o el tabaco.
Comer sano, caminar, y en el caso de los jóvenes practicar deportes, es la mejor receta para una larga vida.