Por su parte, la tía de una de las niñas hospitalizadas, visiblemente afectada, denunció la falta de respuesta oportuna del sistema de emergencias 9-1-1 durante el rescate y traslado de su sobrina. Según su relato:

“Gracias a Dios, mi sobrina fue la que menos golpe recibió, aunque tiene una herida grande en la frente, desgarraduras en la espalda y golpes en todo el cuerpo. Cuando la llevaron al hospital más cercano, nos dijeron que ahí no atendían a menores, y nos desesperamos porque ella estaba muy mal. Llamamos al 9-1-1, pero tardaron muchísimo en llegar. Cuando finalmente lo hicieron, nos dijeron que no podían trasladar a la niña porque ya estaba en un hospital, aunque era una emergencia. Mi hermana les suplicó de rodillas que nos ayudaran, pero no lo hicieron. Tuvimos que cargar a la niña al hombro y llevarla como pudimos”, relató.

La tía también expresó su indignación ante lo ocurrido. “Nos sentimos abandonados. Pagamos por este servicio con nuestros impuestos, pero en el momento que más lo necesitábamos, no recibimos la ayuda que requeríamos. Todo esto agravó la situación de la niña”, aseguró.

Actualmente, la menor de ocho años permanece ingresada en un centro médico, recuperándose de las lesiones. Según la familia, la niña está traumatizada y constantemente pregunta por sus amiguitas, sin saber que una de ellas falleció. “La doctora nos pidió no decirle nada por ahora, pero está muy afectada psicológicamente”, señaló la tía.

Otra de las menores también se encuentra hospitalizada con una fractura grave en una pierna y está recibiendo atención especializada en otro centro médico.

Mientras tanto, las familias afectadas piden justicia y una revisión del sistema de emergencias para garantizar respuestas rápidas y efectivas en casos similares.