Para este año se espera la formación de entre 17 y 25 tormentas con nombres, de las cuales ya se formaron dos: la tormenta tropical Alberto y el huracán Beryl.
Trece de dichos fenómenos podrían adquirir categoría de huracán, según pronostican expertos en meteorología de Estados Unidos.
Los meteorólogos creen que el cambio climático será determinante para el aumento de la temperatura del mar, el principal combustible para la formación de ciclones tropicales.
Estos fenómenos pueden ser devastadores para la economía de los países del área del Caribe, donde Beryl causó graves daños en islas ubicadas al sur del Archipiélago de las Antillas en el mes de julio.
La mayoría se forma como ondas tropicales procedentes del Desierto del Sahara, y tras penetrar al Atlántico, realizan un recorrido de miles de kilómetros, hasta llegar a nuestra área de pronóstico.
Un ciclón es todo fenómeno atmosférico cuyo eje circula contrario a la manecilla del reloj, iniciando un proceso que va desde depresión tropical, tormenta y luego huracán.
Para adquirir categoría de huracán, se necesita que su viento máximo sostenido supere los 118 kilómetros por hora, con una escala que va del 1 al 5, medida en Saffir-Simpso