Santos Echavarría manifestó que lo primero es ver el contexto en el que se da y es el crecimiento de la economía y los negocios, el crecimiento del turismo y el incremento de las relaciones de los dominicanos en el exterior, tres temas que han dinamizado los aeropuertos, principalmente el AILA (Aeropuerto José Francisco Peña Gómez), que recibe el 80 % del total del tráfico aéreo.
El ministro explicó que la renegociación no es más que una adenda que ya se había dado en otras dos ocasiones, entre las que citó en el año 2001 y en el 2004, con la ventaja para el país de que ahora se incluye como beneficio un canon, un ingreso de US$$775 millones, y una inversión mínima de US$830 millones en los distintos aeropuertos y la fiscalización de las inversiones, como tercer punto.
Además de un monto que va de US$330 millones a US$550 millones como variable, durante la vida del acuerdo, que en total suman ingresos de US$1,095 millones a US$2,155 millones.
Santos Echavarría fue el invitado al Desayuno de Listín Diario, donde ofreció estas informaciones. Acompañaron al ministro, Franklin Báez Brugal, Betty Soto, Víctor Pichardo, Fernando Henríquez, Jorge Luis Polanco y Juan Lladó. Además de Leandro Santana, director Jurídico; Baudy Antigua, Financiero del Departamento Aeroportuario. Asistieron las directoras de comunicaciones del Ministerio de la Presidencia, Rossanna Figueroa, y Danylsa Vargas, del Departamento Aeroportuario.
Santos Echavarría señaló que el acuerdo abarca a seis aeropuertos internacionales.
La decisión de la negociación, explicó el ministro, se debió al crecimiento del tráfico y las proyecciones de crecimiento arrojados por un estudio realizado por la empresa Indra, especializada en análisis de tráfico y valoración de aeropuertos, que arrojó un incremento.
Aseguró que solo para el AILA el estudio indica que para el 2030, que es la fecha que vence el contrato, se espera la llegada de 8.4 millones de visitantes, cuya capacidad al día de hoy es de 6.5 millones de visitantes, con lo que se deja claro que el Gobierno lo que hizo fue adelantarse para evitar una crisis.
¿Qué quiere decir esto?, que entre el 2027 pero más marcado al 2028 el Aeropuerto Internacional de las Américas de manera específica puede entrar en un punto de saturación que afecte sus servicios y claramente afecte estos tres aspectos importantes que yo mencioné”, indicó al recalcar que por eso había que buscar una solución antes que esperar una crisis.
Santos Echavarría manifestó que el Gobierno tiene que mirar hacia adelante y eso hizo, buscar una solución y no esperar al 2028; además de que se necesitaba aumentar las inversiones para mantener los aeropuertos en condiciones adecuadas.
Sostuvo que el mejor camino era renegociar, porque solo habían dos posibilidades: o no hacer nada y esperar una crisis en los aeropuertos en el 2030 o hacer una licitación, para lo cual había que cancelar el contrato vigente; o renegociar.
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Recalcó que esta renegociación se hizo en un plazo razonable, ya que todas las concesiones de aeropuertos no son de corto plazo y las que se han hecho en toda la región rondan entre 30 y 50 años.
También explicó que él personalmente y miembros de la comisión negociadora con Aerodom expusieron todos los detalles en la comisión que conoció el proyecto en la Cámara Baja, con la participación de más de 50 diputados.
Aprobación
Con respecto a los señalamientos de rapidez, de velocidad en la aprobación del contrato en la Cámara Baja, el ministro de la Presidencia dijo que no se debe confundir rapidez con eficiencia. Reiteró que el contrato prevé la organización y arquitectura de la nueva terminal del AILA, la cual estará al sur de la actual, cuyo monto de inversión será de US$250 millones y estaría lista a más tardar de junio del 2025.
“Esa fecha es contractual y la terminación tiene que estar lista, so pena de retrasos de Aerodom”, señaló.
La inversión inmediata pautada en el AILA será de US$16 millones , en un plazo de 12 a 18 meses, en los que algunas partidas deberán estar listas.
Otro punto de la conversación fue de la licitación, sobre el cual Fernando Henríquez, aseguró que la licitación no era necesaria, porque el contrato vigente contempla renegociar y eso ya se ha hecho dos veces, “el contrato permite la renegociación sin la necesidad de una licitación”. Dijo que la Ley 66-23 lo que ha hecho es asegurar transparencia, ya que establece las condiciones sobre las cuales se puede renegociar. Además de que suple un vacío que no fue tocado por la Ley de Compras y Contrataciones, o sea, pone límites y niveles para fortalecer esta y cualquier otra renegociación similar..
Víctor Pichardo, director del Departamento Aeroportuario, señaló que habrán inversiones puntuales y con fechas específicas y detalló otras inversiones en diferentes ciudades.