En un documento, afirma que confirmó que no es una obra gubernamental, sino más bien, una iniciativa de grandes productores haitianos encabezados por Joseph.
Detalló que las autoridades diplomáticas desde que supieron de la continuación del canal que empezó en 2016, lo rechazaron de forma tajante, situación que provocó una reunión de la Comisión Mixta Bilateral en la que participaron los embajadores de ambos países y República Dominicana solicitó la documentación y planos, para confirmar que no afectaba el cauce del río.
“En esa reunión quedó establecido que no podía ser un canal que desviara el río. Por eso, en el documento que sale de esa reunión, que no es un acuerdo, es un documento que sale como resultado de lo tratado, una minuta, ahí establece que no es un canal que desvía el río”, explicó.
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El texto expresa que al participar en el conversatorio “Crisis dominico-haitiana: origen y evolución” del Centro de Investigación de Políticas Públicas (CIPP) y la Red Nacional de Noticias (RNN), Miguel desglosó que al no recibir los planos y la documentación de la obra, el seis de junio de 2021, el canciller, Roberto Álvarez, remitió una comunicación a la cancillería haitiana, para solicitar el cumplimiento de lo acordado y la detención inmediata de la obra, y al día siguiente ocurrió el magnicidio del presidente Jovenel Moïse.
Dijo que los constructores del canal buscan subir metro y medio cúbico de agua por segundo, cuando el cauce del acuífero lleva tres metros en tiempo de lluvias y uno en tiempo de sequía, por lo que el gobierno está opuesto, porque socavaría el río binacional.
“Nosotros no nos negamos como gobierno a que los campesinos de un lado y de otro y los productores de un lado y de otro utilicen las aguas para sus necesidades domésticas y para la agricultura, porque para eso son los ríos, pero desviar el cauce, llevarse el agua para un lado y dejar la parte de abajo sin agua afecta no solo a los productores, sino el medio ambiente”, alertó.
Destacó que hay necesidad indiscutible de diálogo diplomático para resolver esa crisis, “pero la carente institucionalidad que impera en Haití no permite que se creen las condiciones para lograrlo”.
Define esta situación como la más difícil que ha visualizado desde que tiene uso de razón, que es peor a lo ocurrido “durante las dictaduras de los Duvalier, los gobiernos de Jean-Bertrand Aristide y el magnicidio del presidente.
Apuntó que en Haití han ocurrido más de dos mil muertes, más de mil secuestros y miles de heridos en lo que va de año.
Miguel señala que según fuentes la cifra de secuestros es de 40 personas diarias, una manera efectiva de recaudar dinero por las bandas armadas.
“Tienen poder en la mayor parte del territorio de Puerto Príncipe. Si usted quiere ser candidato, si no hace acuerdos con las bandas no puede hacer política”, aseguró
Resaltó que si hay elecciones en las actuales condiciones los bandidos decidirían quiénes serán los diputados, senadores y hasta el presidente, por lo que ve necesario pacificar Haití antes de hacer cualquier intento para ayudar a la población.
La nota expone que la serie de tres conversatorios fue moderada por Eliades Acosta, director del CIPP, “y constituyen un espacio de reflexión y análisis en la sociedad dominicana”.