Según narra Miguel López, amigo del hoy occiso, él y Daviel fueron contactados por el nombrado Donald Morillo Sánchez, quien supuestamente se dedica a traer haitianos de manera ilegal al país. Este le notificó que tenía en su poder a Richelet Dorinel (Peter), que era empleado de una discoteca propiedad de López pero que ya había sido desvinculado de su puesto como parqueador y cuidador. Tras su despido, ambos amigos le ayudaron a sacar un motor para que se sustentara y lo siguiera pagando, pero el haitiano había sido detenido por las autoridades y entregado a migración para ser deportado, según le informaron a los dos jóvenes al contactarlo. Para su liberación, exigían el pago de 15 mil pesos dominicanos, la mitad por adelantado mediante un depósito y el resto cuando lo liberaran, algo que involucraba a civiles y no a agentes de migración directamente.
Como sobreviviente del fatídico encuentro para el «rescate» del haitiano, López cuenta que la entrega de su ex empleado estaba pautada para hacerse en la avenida Duarte de la capital, pero cuando lograron tener comunicación con los supuestos integrantes de la banda que trafica con haitianos, ya ellos se encontraban en Los Frailes, Santo Domingo Este, por lo que ambos se dirigieron en un vehículo al encuentro con quienes habían negociado la entrega, solos y sin avisar a las autoridades.
Ya en el lugar, el amigo del fallecido se dispuso a entregarle el dinero a un hombre que de inmediato le exigió duplicar la cantidad acordada porque tuvieron que moverse de sitio y los 7,500 iniciales «lo usaron para comprar cenas» a quienes andaban con él y custodiaban el autobús con otros haitianos, aparentemente para ser repartidos bajo las mismas condiciones de Peter.
Fue en ese momento cuando se armó un forcejeo tras López pedir que no le cobrara nada porque Peter estaba golpeado, lo que provocó que el hombre le diera un golpe en el ojo, mientras otros lo atacaban por la espalda y le destruían los cristales del vehículo, tras eso el joven dijo que llamaría a alguien para que le hiciera llegar el dinero, pero al sentirse en peligro, realmente a quien llamó fue a la policía. Al escuchar llegar a la policía, los otros dominicanos que acompañaban al supuesto líder de la banda, arremetieron contra los dos amigos y mientras el hombre agarraba a Daviel, le pedía a un adolescente de 14 años, quien alegadamente era su hijo, que lo apuñalara, dándole la estocada final a Daviel que terminó con su vida, luego salieron huyendo.
Miguel cuenta que las autoridades pudieron atrapar al adolescente que aún tenía el arma homicida en mano, pero los demás huyeron, incluyendo otros indocumentados que se encontraban en el autobús.
La madre del joven de 25 años lo define como alguien que no tenía problemas con nadie, estudiaba en la universidad, trabajaba en Salud Publica y creaba contenido. Entre llanto, Saturria hace un llamado a las autoridades para que investiguen el caso a profundidad y puedan dar con los responsables de este lamentable hecho.