Rafelito Calderón, de 47 años, fue ultimado alrededor de las 10:00 de la noche en momentos que cerraba el colmado Araújo, de su propiedad.
Calderón era comerciante desde su adolescencia. Sus allegados lo definen como un hombre dedicado, responsable y con "las mejores cualidades que pueda tener un ser humano". El occiso tenía tres hijos.
Sus restos permanecen en la morgue del hospital Juan Pablo Pina, en San Cristóbal. Trasladarán su cuerpo al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) ubicado en el cementerio Cristo Redentor para realizarse los estudios correspondientes.
Será velado en su residencia de Cambita Garabito, San Cristóbal, de donde era oriundo y posteriormente sepultado en el cementerio municipal de la provincia.
La tragedia ha causado consternación entre los comunitarios del barrio, por la bondad que caracterizaba al comerciante en sus acciones. Los familiares del fenecido piden a la Policía Nacional dar con los responsables de este hecho.
Delincuencia azota en San Cristóbal
La delincuencia en la provincia San Cristóbal le ha ganado la batalla a las autoridades, según comentó Juan Crescencio, residente de la localidad.
Manifestó que los atracos en la zona se realizan a todas horas y de forma abierta, por lo que asegura viven sin paz y con el temor de que estas acciones terminen en tragedia como ha ocurrido.
Reconocen que los patrullajes policiales se realizan, pero que no son suficientes para la cantidad de hechos delictivos que ocurren a diario.
Recientemente fue víctima de esos hechos delictivos la profesora de Educación Física Yesenia Rodríguez (Koramia), de 30 años. Ultimada de un disparo en la cabeza en medio de un atraco en la provincia.