De acuerdo a los reportes, sus familiares y amigos cercanos le dedicaron una pequeña ceremonia privada.
El ‘caníbal de Kobe’ fue detenido en 1981 en un parque parisino al intentar deshacerse de los restos de la estudiante holandesa Renee Hartevelt, a quien le disparó en el cuello y la agredió sexualmente antes de ingerir sus restos durante tres días.
Sin embargo, las pruebas psiquiátricas que le fueron practicadas mostraron que no era apto para ser juzgado, por lo que fue enviado a una institución mental en Francia y, al poco tiempo, fue deportado a Japón.
Ya en su país natal, los psiquiatras lo evaluaron nuevamente, pero en esta ocasión determinaron que estaba en condiciones para enfrentar un juicio. No obstante, puesto que los cargos en su contra ya habían sido retirados por las autoridades galas, se le permitió recuperar su libertad.
A pesar de la brutalidad del crimen, Sagawa nunca ocultó lo que hizo, e incluso aprovechó la notoriedad del caso para publicar un libro, ‘En la niebla’, en el que relata con detalle el asesinato de la joven.
Asimismo, apareció en algunos documentales y en varias entrevistas, en las que reconoció en múltiples ocasiones que tuvo una obsesión por el canibalismo tan grande que, incluso, su deseo por comerse a una mujer se había convertido en una obligación.