Ahora con el asediado jefe de gobierno como objetivo de sus luchas, los promotores de estas jornadas de huelga y manifestaciones callejeras condicionan abandonar las calles y permitir la dinámica económica y la vida social a que se produzca un cambio de mando inmediato
La situación en Puerto Príncipe, sus vecindades y comunidades de provincias sigue siendo crítica.
Las protestas son cada vez más violentas y los saqueos a organismos públicos, empresas privadas, entidades humanitarias e instituciones internacionales continúan en aumento.
En Gonaïves, una ciudad del noroeste de Haití, el caos es visible y las bandas se aprovechan del descontento para empujar sus empresas criminales, secuestros, robos y asesinatos.
Sectores de la población se manifestaron ayer en las comunas de Carrefour, Gonaives y Port-au-Prince. Se levantaron barricadas en las calles y no hubo servicio del transporte público. Las actividades generales eran nulas.
Una multitud que protestaba contra la inseguridad, el aumento de los derivados del petróleo y exigía la renuncia del primer ministro, fue obligada a retroceder al acercarse a Fontamara, no lejos de Martissant, por grupos de bandidos armados. En el área metropolitana hubo manifestaciones.
En Saint-Marc hubo mucho apoyo a la huelga y los bancos comerciales, las instituciones públicas y privadas cerraron sus puertas. Igual escenario se observó en Petit-Goave.
Los sindicatos convocantes de la huelga de tres días han declarado victoria y expresado su satisfacción por el “éxito” de la jornada y la respuesta de la población.