“Si lo hubiera sabido, nunca habría hecho la llamada telefónica”, dijo la madre a The New York Post. “¡Yo nunca hubiera llamado!”.
Sourzes envió sus condolencias a los padres de Rivera, aunque reconoció que no había palabras para contener ese dolor.
“Me gustaría decirles al Sr. y la Sra. [Rivera] que lo siento mucho… Sé que no hay palabras con que pueda expresar mi sentir sobre su dolor, su pena”, dijo.
McNeil disparó a los oficiales, matando a uno e hiriendo a otro gravemente; un tercero logró someterlo con un disparo.
El acusado de homicidio, sin embargo, no sobrevivió a las heridas y murió este lunes, indicaron autoridades.
McNeil, de 47 años, había estado en estado crítico desde que fue herido tras emboscar a dos oficiales que atendieron una llamada al 911 por violencia doméstica.
“Espero que se queme en el infierno”, dijo un policía veterano sobre McNeil al Post.
El alcalde Eric Adams ha estado al pendiente de este caso, al tiempo que se prepara el funeral de Rivera el jueves, aunque el traslado de su cuerpo a la funeraria estuvo escoltado por decenas de oficiales y un vuelo de agentes especiales.