La abuela paterna de otra de las hijas de Gloria Williams, centro del brutal caso de abuso infantil en Texas, dijo que la mujer era muy inestable y que por esa razón asumió la custodia de su nieta desde los 2 años.

Melody Robinson indicó a medios locales que Williams, de 35 años, falló en proteger a sus seis hijos.

Tres de estos, de 7, 10 y 15 años, presenciaron la muerte a golpes de su hermanito de 8, presuntamente, a manos de su padrastro Brian Coulter, de 31.

El cadáver del pequeño permaneció en la vivienda en CityParc11 en West Oaks Apartments hasta descomponerse.

Las autoridades creen que la mortal paliza ocurrió en Thanksgiving del año pasado.

Los adultos se mudaron a otro lugar tras el incidente. La madre indicó a las autoridades que no notificó de la situación por miedo a perder la custodia e ir a la cárcel.

Williams fue acusada de lastimar a un menor por omisión y alteración de evidencia, mientras que su novio enfrenta cargos de asesinato.

Robinson indicó a KTRK que a la mujer no se le puede llamar madre. La nieta de la que asumió la custodia cuanto tenía 2 años, ahora tiene 13. Recientemente, también ha estado cuidando de la otra hija de la acusada de 17 años, a quien alegadamente la madre botó de la casa a los 15 y empezó a vivir en las calles.

“Tú, como madre, ver que alguien le haga eso a su hijo, eso no es una madre. Una madre no hace eso”, insistió la entrevistada.

La abuela dijo que su hijo salió con Williams por unos tres años, y que, en un punto todos llegaron a vivir en su casa, incluyendo los seis niños.

Robinson explicó que, cuando su nieta cumplió 2 años, Williams ya estaba embarazada de su cuarto hijo y la contactó para preguntarle si podía hacerse cargo de la pequeña.

El hijo de 15 años de Williams fue quien alertó a las autoridades el domingo de los restos óseos de su hermano Kendrick Lee.

Los tres hermanos de la víctima habrían presenciado el mortal ataque en la llamada “casa de los horrores”.

El espacio estaba repleto de cucarachas y no tenía electricidad ni comida.

No está claro cómo la administración del edificio no se dio cuenta de lo que ocurría máxime cuando vecinos llegaron a ofrecerle comida a los niños y algunos denunciaron mal olor en el lugar.