La Casa Blanca anunció esete domingo por la mañana un cambio en la agenda del presidente e informó de que ya está de camino a Dover, donde él y la primera dama, Jill Biden, también tienen previsto reunirse a puerta cerrada con las familias de los soldados fallecidos.
Tanto Biden como la primera dama van vestidos de negro, según pudo ver el grupo de periodistas que siempre acompaña al presidente de EE.UU.
“Estamos desconsolados por la muerte de los hombres y mujeres en servicio debido al bombardeo en Kabul esta semana. La ciudad de Lawrence y yo estamos particularmente tristes de que una de esas almas valientes fuera una hija de nuestra ciudad”, manifestó ayer el alcalde de Lawrence, Massachusetts, Kendrys Vásquez, por la muerte de la sargento de Marina, Johanny Rosario.