Mientras tanto, las operaciones de ayuda se estabanampliando en la nación, pero las autoridades batallan con la seguridad en loscentros de distribución. Las pandillas han asaltado camionetas y ambulancias,obligando a los trabajadores a transportar los suministros en helicópteros. Enalgunos lugares, muchedumbres desesperadas se han peleado por bolsos de comida.
El domingo, uno de los delincuentes más poderosos de lacapital Puerto Príncipe anunció en un video publicado en las redes sociales quegrupos criminales aliados habían alcanzado una tregua y asistirían en laslabores de ayuda. Si eso resulta ser cierto, podría permitir que se acelerarandichas labores.
Jimmy Cherizier, alias “Barbecue” y quien es el líder de laFuerzas Revolucionarias G9, se dirigió en un video publicado en Facebook a laspartes más afectadas en la península suroeste de Haití.
“Queremos decirles que las Fuerzas Revolucionarias G9 y losaliados, todos para uno y uno para todos, nos solidarizamos con su dolor ypesar”, dijo Cherizier. “Las Fuerzas Revolucionarias G9 y los aliados...participarán en las labores llevándoles ayuda. Invitamos a todos loscompatriotas a solidarizarse con las víctimas intentando compartir lo poco quehay con ellas”, añadió.
El aumento en la cifra de muertos fue el primero desde elmiércoles, cuando el gobierno informó que 2.189 personas habían perdido lavida. El domingo, el gobierno señaló que aún se desconoce el paradero de 344individuos, que 12.268 resultaron heridos y que cerca de 53.000 viviendasquedaron destrozadas por el sismo.
En Les Cayes, muchos fueron a la iglesia para llorar por losque ya no están y para dar gracias por su propia supervivencia.
En una iglesia evangélica en el vecindario de Bergeaud, losfeligreses cantaron himnos bajo los rayos del sol que se metían por losagujeros del techo y las paredes.
El pastor Sevrain Marc Dix Jonas, dijo que el servicio deldomingo fue especial porque su congregación no se había podido reunir desde queocurrió el sismo.
“Hoy era imprescindible”, comentó Dix Jonas, de pie bajo unaabertura en lo alto de la fachada de su iglesia. “Para agradecer a Dios. Él nosprotegió. No morimos”.
Su iglesia fue una de las pocas en las que los fielespudieron rezar en el interior. En muchas otras, los servicios se llevaron acabo en la calle afuera de santuarios colapsados.
Tomando eso en cuenta, la iglesia católica de Les Cayescambió la hora de su servicio a las 6:30 de la mañana para evitar las altastemperaturas.