En un informe que envió a los medios de comunicación, la Comisión, presidida por Manuel María Mercedes, recalca sobre la situación de hacinamiento, torturas, negocios ilícitos, así como desacatos a órdenes judiciales y excesiva imposición de la prisión preventiva como medida cautelar.
Como consecuencia del hacinamiento, refiere, los reclusos deben hacer turnos para dormir en el piso o pagar sumas que van desde los 5,000 a los 300,000 pesos para poder acceder a una cama.
En el caso específico de la Penitenciaria Nacional La Victoria, con alrededor de 8,000 reclusos, aunque con capacidad para 2,000, los internos deben hacer turnos para dormir en el suelo, debido a la falta de espacio, dice.
“Los que más pueden en términos económicos, pueden pagar para dormir en una cama, donde hay tarifas que van desde los 5 mil hasta los 300 mil pesos.”, señala el informe.
También indica que las actividades comerciales que se realizan dentro de ese penal generan una situación que perjudica a los reclusos, toda vez que deben comprar en sobreprecio productos de primera necesidad. “ Por ejemplo, una botellita de agua que fuera del complejo se vende a 10 pesos, en el centro se vende a 50.” También refiere el tráfico y uso de drogas y alcohol, que nunca ha sido erradicado.
En su documento, la Comisión también refiere que 2,000 internos de La Victoria se encuentran recluidos aunque hace semanas o meses cumplieron sus penas. “Y eso por lentitud en los trámites burocráticos. De hecho, se encuentran en una situación de secuestro de parte de las autoridades judiciales”. También refiere 500 casos que no les han conocido revisión de medidas de coerción, por “deficiencias del sistema de justicia”.
En la cárcel del 15 de Azua, donde una cama cuesta entre los 15,000 y 100,000 pesos, señalan denuncias por tratos inhumanos.
Respuesta del sistema
Roberto Hernández, director general de Prisiones, asegura que ningún caso que se ha denunciado de violaciones de derecho en las cárceles, ha quedado impune. Sin embargo, prefirió no referirse de manera directa al informe de la Comisión, porque todavía no lo conocía. Patricia Lagombra, que dirige el Nuevo Modelo de Gestión penitenciaria, defendió a su vez los avances que han tenido y asegura que continúa el fortalecimiento de programas de capacitación de personal, mejoras de alimentos, salud, censo del personal de La Victoria para su traslado a Las Parras, (aunque no especificó cuándo). Rechaza que estén estancados como dice la Comisión, la que -aseguró- le ha reconocido por su trabajo, y junto a la que vienen trabajando.
Peor en las preventivas
El presidente ruso, Vladimir Putin, y su par estadounidense, Joe Biden, se mostraron moderadamente satisfechos de su primera cumbre en Ginebra, que buscaba rebajar la tensión, aunque el mandatario norteamericano trazó una línea roja en torno a futuros ciberataques.
"Las conversaciones fueron absolutamente constructivas", dijo en rueda de prensa Putin sobre la reunión de tres horas y media con Biden, quien en una conferencia de prensa distinta calificó de "bueno" y "positivo" el tono de la cumbre.
Pero, en una clara ruptura con la ambigüedad de su predecesor Donald Trump, el mandatario estadounidense aseguró que advirtió claramente a su par ruso contra los ciberataques y la injerencia rusa.
"Le dije claramente que no toleraríamos los intentos (...) de desestabilización de nuestras elecciones democráticas y que responderíamos", aseguró Biden, en una referencia a la presidencial de 2016.
El dirigente norteamericano también le entregó una lista de 16 "infraestructuras críticas" (energía, distribución de agua,...) que, en su opinión, son "intocables".
Preguntado al término de la rueda de prensa por qué pensaba que Putin iba a cambiar su comportamiento, se enfureció y dijo que nunca había sugerido tal cosa.
Ambos mandatarios también acordaron iniciar un diálogo sobre "ciberseguridad".
- Sin apetito por Guerra Fría -
En un gesto de apaciguamiento en sus tensas relaciones desde la llegada al poder de Biden a la Casa Blanca en enero, ambos mandatarios acordaron el regreso de sus respectivos embajadores.
Los embajadores "regresarán a su lugar de trabajo. Cuándo exactamente es una cuestión puramente técnica", dijo el mandatario ruso, quien también avanzó posibles "compromisos" para un intercambio de prisioneros.
Después que Biden comparara a Putin con un "asesino", Rusia llamó a consultas en marzo a su embajador Anatoli Antonov y su par estadounidense en Moscú, John Sullivan, volvió en abril a Washington.
Sobre Joe Biden, el jefe de Estado ruso dijo que era "una persona constructiva, equilibrada". "Algo que me esperaba", comentó.
Y sobre Vladimir Putin, su homólogo dijo que "lo último que quiere ahora es una Guerra Fría" con Estados Unidos, aunque reconoció las diferencias sobre la cuestión de los derechos humanos.
El ruso lanzó ante los periodistas una larga crítica contra Estados Unidos, evocando desde el ataque al Congreso el 6 de enero al bombardeo de civiles en Afganistán, pasando por la violencia policial contra la minoría afroamericana.
"Son comparaciones ridículas. Una cosa es que criminales rompan un cordón policial (...) otra es que el pueblo desfile hacia el Capitolio y denuncie que no se le deja hablar libremente", le respondió Biden.
El estadounidense, que antes de viajar a Ginebra se reunió con sus aliados del G7, la OTAN y la Unión Europea (UE), había advertido esta semana que la muerte del opositor ruso Alexéi Navalni "deterioraría las relaciones".
Sobre la suerte del opositor encarcelado tras estar a punto de morir por un envenenamiento que atribuye al Kremlin, Putin se limitó a decir que "este hombre sabía que violaba la ley en Rusia".
- "Dos grandes potencias" -
A pesar de las tensiones, la cumbre celebrada en la elegante Villa La Grange comenzó con un apretón de manos entre ambos dirigentes.
Biden había propuesto al inicio de las discusiones a su homólogo ruso una relación más "previsible", estimando que "dos grandes potencias" debían gestionar sus desacuerdos de forma "racional".
En los últimos días los observadores recordaban la célebre cumbre en Ginebra entre los presidentes Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov en 1985, que marcó el comienzo del deshielo de la Guerra Fría.
El presidente ruso tiene una larga experiencia en materia de cumbres. Desde que llegó al poder a fines de 1999 ya se codeó con cuatro presidentes estadounidenses. Biden es el quinto.
Muchos expertos coinciden en que Putin ya logró lo que más deseaba: la celebración de la cumbre como muestra de la importancia de Rusia en el escenario mundial.
Biden le regaló a Putin su modelo de gafas de sol preferido, tipo aviador, y la escultura de un bisonte americano de cristal.
Al irse, Putin aseveró: "tienes que mirar alrededor tuyo y decirte que éste es un mundo maravilloso".
Más brusco, Biden se despidió diciendo: "hice lo vine a hacer".