Chauvin —quien llevaba 19 años como policía y fue expulsado tras este suceso— afrontaba cargos de asesinato en segundo grado, penado con hasta 40 años de cárcel; asesinato en tercer grado, con una condena máxima de 25 años, y homicidio involuntario en segundo grado, que acarrea hasta 10 años de privación de libertad.
Según los lineamientos para la imposición de sentencias en Minnesota, existen reducciones de condena para aquellas personas sin antecedentes criminales. Es el caso de Chauvin. Para los cargos de asesinato podría recibir una sentencia de hasta 12.5 años de prisión por cada uno. Por el de homicidio culposo o involuntario, podrían darle hasta cuatro años más de cárcel.
Chauvin, que asistió al juicio libre bajo fianza, fue esposado después de que el juez Peter Cahill leyera la decisión unánime del jurado.
La sentencia será dada a conocer por el juez Cahill en ocho semanas.
Tras conocerse el veredicto, el fiscal general de Minnesota, Keith Ellison, sentó postura sobre el resultado de la acusación impulsada por su equipo, que lo escoltó. "Él era una persona. Su vida era importante", dijo Jerry Blackwell, el fiscal que dio las palabras finales el lunes en la sala de la corte. Matthew Frank, otro de los miembros del equipo acusador, agregó, con la voz entrecortada: "Esto lo hicimos por ti, George Floyd, y también por su familia".
El incidente donde murió Floyd ocurrió en mayo del año pasado en Minnesota, pero su repercusión se extendió durante meses en todo Estados Unidos, con manifestaciones en contra del racismo y la brutalidad policial.
El jurado alcanzó su veredicto por unanimidad en su segundo día de deliberaciones —unas 11 horas después— y tras haber escuchado por dos semanas los testimonios de expertos médicos y policiales, así como los de transeúntes que vieron los últimos momentos de vida de Floyd, mientras Chauvin le presionaba el cuello con la rodilla aunque él le suplicaba que le dejara respirar.
La decisión la tomó un jurado formado por seis personas blancas, cuatro de ellas negras y dos más que se identificaron en su momento como mestizas o de más de una raza. La decisión se conoció mientras fuera del centro judicial de Minneapolis decenas de personas aguardaban el veredicto. Aunque la tensión no ha escalado, el gobernador Tim Walz pidió a los estados vecinos refuerzos para los cerca de 3,000 miembros de la Guardia Nacional apostados allí.
El año pasado, la muerte de Floyd generó intensas manifestaciones que se expandieron a decenas de ciudades en Estados Unidos, algunas de las cuales se tornaron violentas en algunos momentos.
La recta final de este juicio llega en un contexto de creciente tensión en el país tras la muerte de otro afroestadounidense, Daunte Wright, a manos de una policía en Minesota y la del hispano Adam Toledo, de 13 años, en Chicago, ocurridas ambas en las últimas semanas.