El sistema hospitalario chileno enfrenta desde hace semanas una enorme presión de enfermos graves por el coronavirus y en varias ocasiones se han observados filas de ambulancias con pacientes que esperaron varias horas para ser atendidos en urgencias.
La política local ante la crisis sanitaria se apoya en la toma de pruebas para detectar el virus. Los nuevos contagiados no cesan de crecer a un ritmo de unos 4,000 diarios.