“Ahora que nos hemos retirado, el Departamento de Defensa continuará a pleno con el desarrollo de estos misiles convencionales para lanzamiento desde tierra, como una respuesta prudente a las acciones de Rusia”, dijo el jefe del Pentágono, Mark Esper.
Esper precisó que los estadounidenses habían comenzado a investigar sobre estos sistemas de misiles en 2017, mientras permanecían dentro del alcance del tratado INF sobre fuerzas nucleares intermedias.
Ya que Estados Unidos cumplió “escrupulosamente” con sus obligaciones con el tratado de 1987 hasta su retiro formal.