Un alcalde se disfrazó de mendigo para ver cómo le trataban sus funcionarios: “Fue una experiencia amarga”
Carlos Tena Nevare, alcalde de Cuahutémoc, una ciudad de 170.000 habitantes en el estado mexicano de Chihuaha, no lejos de la frontera estadounidense, se disfrazó de mendigo para evaluar cómo de bien le atendían sus funcionarios.

“Quiero decirles que fue una experiencia amarga, no fue nada fácil”, explicó este lunes el presidente municipal.


Para caracterizarse, el alcalde se impregnó de gasolina y aceite las manos, y se vistió una chamarra sucia y una cobija desharrapada, según explicó en una conferencia de prensa recogida por la prensa local. Se hizo pasar además por una persona con discapacidad, usando para ello una silla de ruedas.


De esta forma se dirigió a la Dirección de Desarrollo Social a solicitar una despensa como persona de escasos recursos. Según denuncia, se llevó “una sorpresa con quien abre el elevador”, que reaccionó negativamente a su mal olor.


“Pero la sorpresa más desagradable fue la que me llevé en mi propia oficina, mi propia gente llegó el momento en que me pidieron que me saliera”, explicó el alcalde.


Tena Nevare intentó solicitar una entrevista con el alcalde (él mismo), pero, mientras esperaba en su lugar a hablar con el secretario, fue desalojado.


“Me piden que me salga”, explicó, “le piden a la muchacha que si podemos salirnos para esperar al secretario cuando ya me habían permitido estar ahí para esperarlo, y ahí fue cuando la muchacha agarró la silla y ahí en la puerta, me detuve, le di vuelta a la silla y me puse de pie, me quite mi gorrita, por cierto muy calientita, mis gafas, pues me puse de pie y ahí es donde todo mundo se congeló, no alcanzaron ni a terminar la palabra presidente y ahí les dije la desilusión que me habían dado, les dije que por qué me sacaban, porque olía mal y para darles una lección”.


A consecuencia de este episodio, el alcalde anunció el despido de tres personas “mínimo”, así como la apertura de un expediente al oficial que operaba el elevador.


“Me dio coraje con las personas que están ahí trabajando y ganan un sueldo y tratan mal a la ciudadanía. Les di su buena leída de cartilla y les dije que no quería volver a saber que trataron mal a alguien. [Pero] no todos los empleados hacen eso”, explicó en una entrevista al diario Milenio.


Se salvó una mujer que, sin saber quien era y mientras le conseguía la despensa, le regaló una gelatina: “Ese es el trato que espero se le dé a la gente; no que les den gelatina, obviamente.

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Escrito Por Redaccion M
Wednesday, July 10, 2019
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