Aparentemente, el Symphony of the Seas —navío operado por la compañía Royal Caribbean— esperó por los dos impuntuales pasajeros durante 20 minutos.
Habría bastado uno más: justo en el momento en que la embarcación, tras soltar amarras, activaba sus motores, la pareja apareció en el lugar, gesticulando y gritando para que los dejaran embarcar. Sus intentos fueron vanos: la nave zarpó sin más y ellos quedaron varados en esa isla tropical.