Identificado como Boris Kondrachin, había sido condenado en el año 2000 a seguir un tratamiento por "haber cometido un crimen particularmente grave" en 1998, indica la justicia rusa en un comunicado a la prensa.
Según informaciones de prensa, ese año Kondrachin inyectó un somnífero a un colega de colegio y luego de matarlo se bebió su sangre. Según el sitio web noticioso Znak.com, Kondrachin "se considera un vampiro".
En el año 2000 Kondrachin fue internado en un hospital psiquiátrico al ser diagnosticado con esquizofrenia, y salió de esa institución en 2010.
Sin embargo, mediante la utilización de un diploma falso, logró ser empleado como médico en un hospital, donde se dedicaba a convencer a pacientes a no beber ni fumar y en cambio practicar ejercicios.
Según la agencia Interfax, Kondrachin fue arrestado luego de haber sido reconocido por un psiquiatra que lo había tratado previamente, y que lo encontró en un foro para médicos.