Tras la crisis del movimiento de los chalecos amarillos, una sola jornada de movilización ha bastado a las fuerzas del orden, con servicios mínimos, pero comisarías cerradas simbólicamente en varias ciudades, y ralentización de los controles en el aeropuerto de Roissy, para que el Gobierno responda, en parte, a sus reivindiacciones.
El ministro del Interior ha recibido en dos ocasiones a los tres principales sindicatos. El resultado es que Christophe Castaner ha aceptado subir los sueldos a los policías, a partir del 1 de enero. El aumento será, en principio, de 40 euros mensuales netos e irá subiendo gradualmente hasta alcanzar, dentro de un año, los 120 euros de media y los 150 para quienes ostentan mayor graduación.
La prima extraordinaria de 300 euros, vista con malos ojos por parte de los policías, solo la recibirán personal técnico, científico, administrativo y los empleados de prefectura movilizados por la crisis de los chalecos amarillos.
Queda pendiente, para enero, el tema de las horas extras que el Gobierno debe a los policías: 275 millones.
Pese a lo logrado, el movimiento de las sirenas azules mantiene la manifestación de este jueves en París.